La planificación financiera o el presupuesto suele dar miedo a la hora de tener que ser abordado. Algo que es injusto para el enorme abanico de beneficios que puede ofrecernos si sabemos emplearlo, para la fortaleza de nuestras finanzas personales.
El presupuesto puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso a la hora de emprender proyectos financieros sean a largo o corto plazo.
Puntos a tener en cuenta en nuestro presupuesto:
– Objetivos que deseamos alcanzar. Es decir, marcar las metas de nuestros proyectos ya es una muy clara definición de la razón de ser de un plan.
– Análisis de capital. Necesitamos conocer las necesidades económicas de inversión a las que debemos de hacer frente a la hora de emprender nuestros planes y proyectos.
– Previsiones. En el presupuesto siempre podemos prever en base a una experiencia los ingresos y los gastos que probablemente se generen desde nuestro proyecto o actividad. En ambos casos, saber sopesar estos puntos con una visión realista de las entradas y salidas previsibles en un margen de tiempo sentará las bases de un plan financiero sólido
– Establecer un plazo o medida de tiempo para cumplir con nuestros objetivos. Todo presupuesto debe ponerse un plan de fin o fecha tope en la que haber logrado unos objetivos. Por ejemplo, si bien a la hora de emprender una negocio, sabemos que en los primeros dos años hay pérdidas con respecto a lo invertido, nos marcaremos que para que el negocio merezca la pena desde el tercer año generar beneficios que amorticen lo invertido.
Para conocer más detalles sobre cómo establecer un presupuesto, CentSai facilita una serie de artículos inspirados en historias reales con finanzas personales reales, para que tú también sepas emplearlos.