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El estilo de vida que creamos para nosotros mismos está muy influenciado por nuestro trabajo. Ser responsable y feliz significa no tener que preocuparte por perder tu trabajo, ¿verdad? Entonces, ¿por qué tantas personas se sienten tristes el domingo por la noche cuando es hora de prepararse para el trabajo al día siguiente? Si odias tu trabajo, es muy probable que también odies tu vida.

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud mostró que jornadas largas de trabajo provocan el incremento de los accidentes cerebrovasculares. El estrés del trabajo está literalmente matando a la gente. Algunos optan por buscar la solución en lugar de soportar el dolor. Pero ya sea voluntario o no, ¿qué debes hacer cuando pierdes tu trabajo?

La llamaremos Beatriz; es programadora y profesional de las tecnologías de la información. Su contrato estaba a punto de llegar a su fin y no tenía otro en ciernes para cuando terminara el actual. Aunque eso la preocupaba un poco, también se sentía bien. Beatriz se sentía quemada desde hacía algunos años. Le gustaba programar, pero no le apasionaba.

En su tiempo libre comenzó a desarrollar varios pasatiempos como cocina, diseño de interiores y asistía con frecuencia a eventos deportivos. Todo para superar el temor a sus 50 horas de trabajo semanales. Rediseñó su casa varias veces para llenar el vacío de no conocer cuál era su vocación verdadera. Cuando el contrato llegó a su fin, Beatriz decidió que se tomaría unas semanas libres para viajar y encontrarse a sí misma.

¿Qué hacer cuando pierdes tu trabajo? Encontrar un propósito.

Esas semanas se convirtieron en ocho meses y Beatriz seguía sin encontrar su propósito. Probó varias cosas y construyó algunos negocios secundarios que la mantuvieron ocupada y casi satisfecha.

Aún así, extrañaba su estilo de vida de seis cifras y estaba lista para recuperar la facilidad de recibir un cheque de pago regular.

Con su gran experiencia y su red de contactos, solo le llevó seis semanas encontrar trabajo. Se cambio del área de programación al área de implementación para ver si lo disfrutaba más. De cualquier manera, planeó quedarse con uno de sus negocios secundarios y hacerlo crecer lo suficiente como para dejar su trabajo algún día.

Para hacer esto, primero tuvo que reconstruir sus ahorros, hacer frente a su deuda y continuar manteniendo bajos sus gastos. Creó un plan de dos años y pensó que si trabajaba en un trabajo y al mismo tiempo se ocupaba de su negocio secundario, podría generar un ingreso estable después de dos años.

Recuperarse después de la pérdida de un trabajo

Beatriz logró encontrar un trabajo con un salario anual de $250,000. Esto estaba por debajo de su nivel de pago normal, pero le permitió reinventarse y crear un plan para la siguiente fase de su vida.

Pagó su auto de 5 años y asumió que podría sacarle otros cinco años de rendimiento. Además, tenía una deuda de tarjeta de crédito, que planeaba pagar en los próximos 24 meses.

También quería evitar usar las tarjetas hasta que pudiera comenzar a pagarlas en su totalidad cada mes. Solicitó una nueva tarjeta de crédito con una tasa introductoria del cero por ciento y transfirió el saldo.

Beatriz también compró con tarjetas de crédito algunos equipos para su negocio de catering y preparación de comidas. Eso resultó en un total de $ 60,400.00, que planeó pagar usando las ganancias del negocio en lugar de sus ingresos.

En realidad no había planeado acelerar este pago. Por eso, pagó un poco más del mínimo, haciendo pagos adicionales a medida que entraba dinero en el negocio. Tenía un sistema de depósitos con sus clientes, por lo que pensó que el negocio debería funcionar sin que ella usara sus ingresos personales.

PLAN DE RECUPERACIÓN

Beatriz desarrolló un plan de recuperación, enumerando todas sus obligaciones de deuda y gastos mensuales regulares.

  • Deuda de la tarjeta de crédito de tienda departamental: $3,240.00
  • Deuda de la tarjeta de crédito personal: $5,650.00
  • Fondo de ahorro: $30,000.00
  • Ahorros restantes por la pérdida del trabajo: $5,000.00
  • Gastos: $3,980.00
  • Ahorro mensual: $1,041.00
  • Ahorros para la jubilación: $1,500.00
  • Regalos mensuales: $150.00
  • Diversión especial: $150.00
  • Pago de la deuda de la tarjeta de crédito: $235.00

Beatriz lo hizo todo lo que pudo para reducir los costos después de la pérdida de su trabajo, reduciéndolos a poco menos de $20,000 al eliminar algunos gastos mensuales y compartir algunos gastos con amigos y vecinos. También incorporó su factura personal de comestibles a los gastos comerciales y reservó asignaciones mensuales para regalos y actividades divertidas cada mes.

Si necesitaba dinero para una emergencia, planeaba sacarlo de su fondo antes de tomar otros ahorros o tarjetas de crédito.

En caso de necesitar ingresos adicionales, Beatriz decidió que podría alquilar un espacio en su casa a través de Airbnb. Sin embargo, no quería hacer eso hasta que sintiera que era estrictamente necesario. Se apegó a su plan y elaboró ​​una buena estrategia para su vida después de la pérdida de su trabajo.

¿Qué hacer si pierdes tu empleo? Conclusión final

La parte más importante de este plan era cumplirlo. Por eso, Beatriz asignó $3000 al mes a una terapia financiera a la que se unió con un grupo de expertos. Estaba emocionada con el plan y no quería que el miedo o la pereza entraran en acción y le impidieran alcanzar sus metas.

Al igual que Beatriz, muchas personas toman decisiones basadas en el miedo y las sufren. Perder tu trabajo puede ser una bendición disfrazada. Puede ayudar a cambiar tu enfoque hacia lo que realmente quieres en la vida, y no lo que crees que tienes que hacer.

Esta es la segunda entrega de una serie de dos partes sobre la pérdida de empleo. Puedes leer la primera entrega de la serie aquí.