Te pondré un ejemplo: cuando recibes visitas todos vienen con días libres y dispuestos a gastar en restaurantes y cafés. Pero, aunque siempre reservo un presupuesto para algún derroche ocasional de fin de semana, en aquel momento, hacerlo dos veces al mes resultó demasiado para mi bolsillo. Necesitaba encontrar un equilibrio entre las expectativas de mis huéspedes y mis limitaciones financieras.
Aquí hay algunos trucos que aprendí sobre cómo ser una buena anfitriona, incluso con un presupuesto limitado:
1. Menciona tu presupuesto por adelantado
Aprendí que es importante dejar claro desde el principio cuál es la situación. Empieza preguntando a tus visitantes qué les gustaría hacer durante la visita o cuál es su presupuesto para el viaje.
Intenta decirles: “Estoy emocionada de que me visites. Pero quisiera comentarte que tengo un presupuesto un poco ajustado estos días; de todos modos, tengo un montón de cosas en mente y puedo hacer una escapada por la tarde si tienes ganas de hacer algo o comer en algún lugar”.
2. Da un paso atrás y averigua por qué te visitan tus amigos
Lo más probable es que tus amigos estén en la ciudad para conocerla. Pero también, y sobre todo, están en la ciudad para verte.
A veces, los huéspedes de fuera de la ciudad se preocupan mucho por aprovechar cada minuto de cada día; pero a menudo solo quieren pasar el rato.
Uno de los mayores bloqueos mentales que tuve fue obsesionarme por que pasaran un buen rato haciendo cosas de visitantes. Sin embargo, la verdad es que estaban de visita porque me echaban de menos. (te juro que no me lo imagino: ¡les pregunté!). Así que no tengas miedo de “arruinar” su oportunidad de ver tu ciudad preocupada por el presupuesto.
3. Organiza actividades económicas o gratuitas para hacer con amigos
Si lo planeas con anticipación, no terminarás sintiéndote como una aguafiestas o un lastre. Intenta comer al menos una comida en casa todos los días (esto podría aumentar a dos o incluso tres, según tu presupuesto). No conviertas esta en la opción alternativa. Además, ¡puede ser divertido!
Un par de días antes de la llegada de mis amigos, evalúo lo que ya tengo en mi refrigerador y si se me ocurre un sabroso extra, lo compro para agregarlo: frutos rojos frescos si tengo mucho yogur, queso crema de lujo si tengo bagels o aguacates si tengo huevos y tortillas (¡tacos para desayunar!).
4. Sugiere cosas alternativas para hacer con tus amigos
Es muy fácil simplemente aceptar lo que te propongan; pero es probable que tus invitados también estén dispuestos a gastar menos dinero. No temas ser la persona que sugiera las opciones más baratas, o incluso gratuitas, para hacer con amigos.
5. No tengas miedo de decir “no”
A veces vale la pena arriesgarse por tener a cambio el alivio de mantenerte dentro de tus límites financieros. Si la visita es una fuente de estrés y no de alegría, ¿cuál es el punto?
6. No tienes que hacer nada cada segundo de cada día
Disfruten de un momento para relajarse en casa (¡juegos de mesa! ¡noches de cine!), En un parque o en un museo gratuito. O puedes alargar la sobremesa en el restaurante o el refil de café en tu terraza favorita.
Las actividades, el entretenimiento, los bares y las comidas fuera de casa son costosos. ¿De verdad tienes que pasar todo tu tiempo haciendo cosas que cuestan dinero?
7. Haz pequeños compromisos
Tal vez gastes un poco más de efectivo este fin de semana de lo que gastarías si estuvieras sola, pero eso no significa que debas gastar más en cada salida. Podrías llevar a tus amigos a tu restaurante favorito, pero tal vez deberías saltarte un plan tan costoso como ese.
Puedes usar cupones para hacer la noche un poco más económica para todos. También puedes estacionar tu coche en la calle en lugar de usar el valet parking. Y, después de tantos ahorros, ¿por qué no? ¡también puedes ir a cenar y divertirte a ese restaurante y ese bar que tanto te gusta!
Conclusión sobre cómo ser un buen anfitrión
Tener invitados de fuera de la ciudad puede ser una maravilla o una desgracia para cualquier presupuesto. Si planificas con anticipación y haces valer tus necesidades durante la visita de tus amigos y familiares, eliminarás la mayor parte del estrés de tener un presupuesto ajustado.