Si la aptitud financiera se equiparara con la aptitud física, Warren Buffett sería el Arnold Schwarzenegger del mundo financiero. Dejemos de lado el humor por un momento. No importa su estado general, siempre puedes lograr un estilo de vida saludable al tomar algunas decisiones pequeñas pero sabias que te durarán toda la vida.

La aptitud financiera tiene más en común con el bienestar físico de lo que piensas. Los entusiastas de la salud y el deporte suelen tener un plan de entrenamiento estricto. Corren un cierto número de millas al día. Hacen tantas flexiones o series de repeticiones de ejercicios como sean necesarias.

La capacidad de apegarte a una disciplina también es el secreto para prevenir una mala salud financiera. Es posible que la estructura no cambie mucho, pero a medida que te vuelves más fuerte, puedes ampliarla: hacer más flexiones o correr una milla adicional. Lo mismo se requiere con el “ejercicio financiero”.

Un aumento de la masa muscular es como un aumento del ahorro.

Ahorras $200.00 cada vez que te saltas un postre en un restaurante, es igual que si pierdes un kilo a la semana cuando te apegas a tu programa de ejercicios. Todas las cosas buenas suceden en pequeños incrementos.

Lo mismo ocurre con el ahorro y la inversión.

Cómo iniciar buenos hábitos de dinero

Si tienes depósitos directos en tu trabajo, transfiere una parte a una cuenta de ahorros o un fondo de emergencia. Esta es una forma inteligente de ahorrar, incluso si solo puedes disponer de $200.00 a la semana para empezar; piensa que no puedes extrañar lo que de hecho no tienes en tus manos.

Las aplicaciones de finanzas personales pueden ayudarte en esta área facilitando la creación de fondos y presupuestos para tus necesidades regulares y de emergencia.

Luego, intenta reservar un poco más en tus ahorros y evalúa el siguiente día de pago. ¿Tomaste  demasiado, y ahora ves que lo necesitas? ¿O sientes que no necesitabas ese dinero en tu billetera de todos modos?

Conoce tus límites tanto en el estado físico como en el financiero

Imagina que tu presupuesto es una máquina de pesas. Aunque solo sea un entrenamiento, te servirá para conocer tus límites. Gastar en exceso es como si levantaras demasiado peso: terminarías lastimándote.

Es mejor conocer tus límites y mantenerte ajustado a tu presupuesto. Date cuenta de cuántos lujos realmente necesitas y tal vez puedas reducir lo que no necesitas. ¿Es imprescindible salir a comer varias veces a la semana? ¿O pasar el tiempo de fiesta en clubes con bebidas caras?

La comida y la diversión son agradables, pero demasiadas y pueden dañar tu cuerpo y, por supuesto, tu billetera.

Cuanto más tiempo entrenes, más dinero (o músculo) ganarás. Si obtienes un aumento de sueldo o una bonificación, o consigues un trabajo mejor pagado, pon tu fuerza (o tu dinero) a trabajar con visión de largo plazo.

Para los estudiantes universitarios que se enfrentan a la precariedad laboral, intentar ahorrar puede ser desalentador. Si todavía estás en la escuela, es posible que sientas que los únicos trabajos que puedes obtener son el salario mínimo, o peor aún, estancias no remuneradas. Ahí es donde necesitas una mentalidad de gratificación retrasada.

Ten cuidado con los grandes errores

No tomes decisiones apresuradas en beneficio de la gratificación instantánea. Un plan de ahorro puede desmoronarse si cometes un error que te cueste dinero. Por ejemplo, comprar un auto deportivo sin pensar en los gastos adicionales que vienen con él como gasolina y seguro.

Un automóvil usado puede ser más adecuado para ti en este momento, así que pospón ese Corvette rojo para más adelante. Resiste las pequeñas tentaciones en el aquí y ahora para recibir una recompensa mucho mayor en el futuro.

Me gusta usar el ejemplo de Corvette para los estudiantes que se dan por vencidos demasiado pronto. Lo peor que puedes hacer es abandonar o tomarte unos semestres libres debido a la tensión financiera. Eso perjudica tus ganancias potenciales en el futuro, y de todos modos tendrás que pagar tu crédito. Pagar por una educación incompleta es como comprar el Corvette cuando no puedes pagar la gasolina para hacerlo funcionar.

Reflexiones finales sobre la solidez financiera

En última instancia, no necesitas ser multimillonario como Warren Buffett para tener éxito con tu dinero. La aptitud financiera significa que no tengas que preocuparte y vivir al día. Establece metas financieras claras y saludables que, pueden estar algo lejanas, pero no tan distantes como para que no puedas cumplirlas.