Después de terminar la carrera y recibirme con un título universitario que le costó a mi familia y a mí un enorme esfuerzo y mucho dinero no pude encontrar un solo puesto como bióloga especializado en la vida silvestre. En cambio, me encontré entre los muchos que sufrían y se veían obligados a hacer frente al subempleo. Ese primer año después de no poder encontrar trabajo fue el más difícil, y estaba en una profunda depresión. Tenía que encontrar un camino.

Con el tiempo, comencé a salir del agujero emocional en el que me encontraba. Todavía no he logrado ejercer para convertirme de verdad en un biólogo de vida silvestre, pero estoy avanzando en otras formas, y literalmente hoy puedo decir que eso ha hecho una gran diferencia. Espero que algunos de los pasos que yo di te ayuden si te encuentras en una situación similar.

¿Qué es el subempleo?

Desempleo y subempleo no son lo mismo. Mientras que el desempleo es el estado en el que una persona no está empleada en absoluto, el subempleo se describe mejor como “la proporción de graduados que trabajan en empleos que normalmente no requieren un título universitario”, según la definición del Banco de la Reserva Federal de Nueva York.

En otras palabras, si tienes un título en psicología y te ganas la vida lavando platos, eso es lo que se se consideraría subempleo.

1. No pienses que estás solo

De acuerdo con distintos medios, aproximadamente un 50% de los graduados universitarios tienen un empleo que no tiene nada que ver con lo que estudiaron, es decir, que están sub-empleados.

Entonces, cuando te plantees hacer frente a tu situación, piensa que no estás solo; seguramente no es un problema de falta de capacidad, sino que el mercado laboral se encuentra en una enorme transformación. No se trata de consolarse con el mal de todos, sino de no interiorizar dentro de nosotros una falta de confianza en nuestras capacidades, ni pensar que no somos aptos para un trabajo relacionado con el título que con tanto esfuerzo nos ganamos.

2. Conecta con otras personas sub-empleadas

Siempre he sido una persona tímida. Conectar con otros no es algo natural para mí. Todavía me pongo nerviosa cuando hablo por teléfono.

Ninguno de mis amigos cercanos (los dos que tengo) saben lo que es estar en mi situación en este momento. Nunca han tenido que hacer frente al subempleo. Podría hablar todo el día sobre mis sentimientos, pero ellos nunca lo entenderán realmente. En cambio, recurrí a Internet, porque se supone que puedes encontrar cualquier cosa allí.

Y lo que encontré fue increíble: hay miles de blogs, historias, podcasts, videos de YouTube y más.

Encontré a mucha gente en mi misma situación: lidiando con el desempleo y el subempleo. Aunque soy una persona tímida, comencé a comunicarme con estas personas por correo electrónico.

La experiencia de todos ellos ha sido increíblemente útil. Incluso me estoy haciendo amiga de muchos de ellos en la vida real. Nunca he tenido tanto apoyo en toda mi vida, y ha sido increíble.

3. Busca apoyo psicológico profesional para hacer frente a esta etapa de subempleo

Cuando uno siente todos los días que hay una nube oscura y ya no hay ninguna motivación, es hora de hablar con un profesional .

“El subempleo puede ser muy difícil de sobrellevar para las personas atrapadas en trabajos con salarios precarios. Particularmente para los graduados universitarios”, dice Tricia Lewis, vicepresidenta ejecutiva de HackEDU.

“Esto puede conducir a una carrera desenfrenada de ansiedad, depresión, abuso de drogas y alcohol, y muchos otros problemas de salud mental”, dice Lewis. “El aislamiento, la desconexión y el distanciamiento social producto del COVID ​​están amplificando el efecto de estos problemas en grados peligrosos”.

Es importante hablar con un profesional, que pueda guiarte a través de todas las reacciones emocionales que se desencadenan con el sub empleo.

Si nunca has buscado asesoramiento antes, quizás te parezca incómodo. Pero hablar con otra persona sobre problemas que no puedes discutir con tus amigos y familiares (porque no lo entenderían) puede quitarte una gran carga de encima.

Incluso si no tienes mucho dinero, siempre hay formas de encontrar asesoramiento a bajo costo, o incluso gratuito. Sólo tienes que buscarlo a tu alrededor.

4. Date cuenta que no eres tu subempleo

El mayor obstáculo que tuve que superar fue aceptar que mi trabajo no me define. Me involucré tanto en aprender a ser una bióloga especializada en la vida silvestre que esa idea se convirtió en lo que yo era. Literalmente me consideré “Lindsay, la bióloga de vida silvestre”. Luego, cuando comencé mi nuevo trabajo, me convertí en “Lindsay, la señora de la limpieza”.

Al divorciarme de la idea de que mi trabajo era quién yo era, de repente abrí la puerta a nuevas posibilidades. Podría ser quien quisiera ser, no lo que hacía para ganarme la vida. De repente, ser una señora de la limpieza era solo mi trabajo temporal y, fuera de eso, podía ser la Mujer Maravilla.

5. Arma tu propio negocio

Una de las cosas que para mí ha significado un cambio radical en lo que tenía planeado para mi vida ha sido comenzar a escribir blogs de manera independiente. Nunca lo hubiera considerado antes, no fui entrenada para ser escritora. Pero estaba arruinada, sub-empleada y había escrito mucho en la escuela. ¿Por qué no probar algo nuevo? No tenía nada que perder.

La escritura independiente no es para todos. Pero a menos que estés en coma, probablemente tengas habilidades por las que puedas cobrar dinero.

Comienza una pequeña empresa con tus habilidades y talentos: ya sea cómo DJ, fotógrafo, diseñador gráfico, asistente virtual, cuidador de mascotas, ¡las oportunidades son infinitas!

Cuando está sub-empleado, es verdad que ganas un salario insignificante y no recibes ningún tipo de reconocimiento, ni gratitud por tu trabajo; por eso, comenzar tu propio negocio te puede cambiar completamente la perspectiva. De repente descubrirás que la gente está dispuesta a pagarte una buena cantidad de dinero por algo que tú mismo creaste, ¡y además están felices de hacerlo!

Y si trabajas duro en ello y haces crecer tu negocio, con el tiempo, ¡puedes incluso ser capaz de tomarlo a tiempo completo y ser tu propio jefe!

6. Toma clases en línea

Si te parece que en el corto plazo no hay forma de salir del sub-empleo, puede ser que regresar a la escuela y aprender algunas habilidades nuevas sea útil para ti.

“Una solución entre muchas que pueden ayudarte a mitigar la ansiedad del subempleo es ocuparte en algo…”, dice Lewis. “Considera la capacitación en línea como una vía para forjarte una carrera más satisfactoria. Lo peor que se puede hacer cuando se está sumido en el subempleo crónico es no hacer nada”.

Escuelas de primer nivel como Stanford, Harvard y la Universidad de Michigan ofrecen cursos en línea gratuitos y con valor curricular. Un curso como este puede ayudarte a mejorar tu currículum mientras puedes colocarte en un empleo más cercano a tu título profesional. 

7. Recuerda… ¡Esto no durará para siempre!

Cuando estás atrapado en una montaña de desesperanza, parece que durará para siempre. Pero no es así. Antes o después, las cosas cambiarán. Mientras eso pasa, tienes que seguir adelante; no darte por vencido, probar cosas nuevas y esperar a ese momento en que llegue tu gran oportunidad. Y, si juegas bien tus cartas, llegarás a ese día más fuerte, más preparado ¡y más motivado para dedicarte a lo que más te gusta en la vida!