La llamaremos Katy*  y pertenece al 47% de los mexicanos que “vive al día”, según CONEVAL. Esto quiere decir que, aunque tiene un trabajo semi estable, y no sufre de pobreza extrema, su situación y nivel de ingresos no le permite ahorrar. Cualquier imprevisto o gasto adicional la pone en un aprieto económico.

Por eso, cuando le llegó un recibo de luz por el doble de la cantidad de la que ella había calculado se vio en la necesidad de pedir un préstamo. Su cuñada le aconsejó recurrir a una plataforma virtual donde después de 5 sencillos pasos se le depositó la cantidad solicitada de $1,500 a su cuenta de manera inmediata. Estos pasos incluyeron varios clics; estos clics concedían a su prestamista acceso a su teléfono celular, así como aceptar una tasa de interés del 200%. Pero Katy* no se fijó en eso. Tenía su dinero, pagó su recibo y estaba feliz.

A los tres días comenzó el acoso. Primero con mensajes, luego con llamadas, exigiendo el pago del préstamo, mas los intereses. Al poco tiempo, los requerimientos se convirtieron en amenazas. Katy, asustada, hizo un primer abono, pero la empresa le exigía la cantidad completa. A la semana, su acreedor envió un mensaje comunitario a todos los contactos de Katy, diciendo que era una persona poco fiable, que debía dinero y que tenía que pagar. A Katy no le fue tan mal; luego se enteró que su vecina había caído en la misma trampa y había sido difamada con fotomontajes obscenos que la misma empresa envió a todos sus contactos, incluyendo su jefe.

Este relato parece sacado de una película de terror, pero es la realidad de miles de mexicanos que diario sufren este tipo de abusos por los llamados “servicios financieros alternativos” que realmente son empresas fraudulentas. Volvemos a la vieja frase de que “cuando algo suena demasiado bueno para ser verdad, generalmente no lo es.” No existen inversiones milagrosas, préstamos inmediatos fáciles, rendimientos increíbles -nadie regala su dinero. Estas empresas lucran, de manera poco ética e ilegal, con la desesperación y la falta de educación financiera de una gran cantidad de mexicanos. Hay varios tipos de fraude que aquí te explicaremos.

1. Falsos créditos

La primera forma de fraude es prometer un préstamo que nunca llega a manos del solicitante. El modus operandi de estas empresas fraudulentas es anunciarse en redes sociales, sitios web apócrifos, y llamadas telefónicas que ofertan créditos inmediatos. La pandemia por COVID-19  -que dejó a más de 12 millones de mexicanos sin trabajo- disparó de una forma alarmante la demanda de este tipo de préstamos personales.

Una vez que el solicitante realiza la petición, la empresa solicita un depósito bajo uno de los siguientes pretextos:

  • Necesitan dinero para hacer un estudio de tu situación económica y saber si eres sujeto de crédito.
  • Después de solicitarte un sinfín de requisitos -muchos de ellos imposibles de cumplir –  te ofrecen la posibilidad de depositar una fianza.

Además, te hacen firmar un contrato -lo cual lamentablemente, legaliza el fraude- que exime a la empresa de cualquier responsabilidad legal o social. Una vez que el/la solicitante entrega el dinero, el contacto o la empresa desaparece y nunca más se vuelve a oír de ellos.

La CONDUSEF publica continuamente información sobre empresas defraudadoras, como el caso de Oaxaca, donde personas se hacían pasar por empleados de Servicios Financieros Alternativos, S.A. de C.V., S.F.P. y cometían fraudes de este tipo. La CONDUSEF recomienda tomar las siguientes medidas:

  • Asegúrate que la institución esté registrada ante la CONDUSEF en el SIPRES. Puedes llamarlos para verificar su página autorizada y teléfonos.
  • No proporciones dinero antes del otorgamiento de un crédito, ni como garantía o por gastos de gestión.
  • Puedes verificar los contratos de adhesión de las instituciones financieras en el Registro de Contratos de Adhesión (RECA) en la página de internet de la CONDUSEF.
  • No entregues documentos personales o datos de tarjetas de crédito o débito, si no estás seguro de que sea una empresa seria.

2. Tasas de interés muy elevadas

En este caso el asunto se torna un poco más complicado. Los créditos fraudulentos no se reducen a dinero que nunca llega, sino a supuestas instituciones financieras que cobran intereses y comisiones exageradamente altas.

Las tasas de interés que cobran los prestamistas no pueden, ni deben, estar muy por encima del mercado. ¿Has oído hablar del famoso CAT? Son las siglas del Costo Anual Total, el índice que más debe interesarte pues determina la calidad de tu crédito; es muy sencillo compararlo con el resto del mercado. El CAT es una medida estandarizada del costo del crédito. Se expresa en un porcentaje anual que incluye todos los costos y gastos del financiamiento. La CONDUSEF cuenta con un simulador de crédito muy completo para evaluar la calidad de las condiciones de préstamo que te están ofreciendo. Consulta el simulador aquí.

Con el fin de engañar al consumidor, muchas empresas “disfrazan” sus comisiones, o la tasa de interés referidas a distintos periodos. O incluyen comisiones por apertura en la letra pequeña que la mayoría de los solicitantes omiten leer.

Por disposición de ley y en beneficio de las personas interesadas en contratar un crédito, todas las instituciones oferentes de créditos al consumo y a la compra de una vivienda están obligadas a mostrar el CAT, (Costo Anual Total), incluso las que no son bancos, como las tiendas departamentales.

Banxico también cuenta con una calculadora online que facilita el cálculo del CAT, y te permite comparar entre ofertas, para tomar una decisión financiera acertada, y no dejarte engañar.

Si vas a solicitar un crédito analiza bien todas tus opciones.

3. Esquemas tipo Ponzi

Existe un tercer tipo de fraude en este ramo, donde plataformas -tipo piramidales – ofrecen rendimientos de inversión estupendos, pero te exigen ingresar a más miembros en la organización como condición para poder recibir el dinero.

Recomendaciones finales

Los préstamos, las hipotecas, y los créditos nos permiten tener una vida que, de otra manera, sería imposible llevar para la mayoría de nosotros. A menos que seas millonario, no podrás pagar la escuela de tus hijos, tu casa, tu coche de contado. Los préstamos no son malos, pero lamentablemente, existen muchas empresas fraudulentas que se aprovechan de la necesidad de las personas y abusan de ellas. Aquí te decimos unas últimas recomendaciones finales para evitar caer en sus trampas:

  • Si las tasas de interés que te ofrecen son demasiado buenas para ser verdad (es decir, muy bajas) ¡huye! Lo más probable es que sea un fraude.
  • Si no omiten la revisión de tu informe crediticio, y no te piden información relacionada con tu capacidad de pago, seguramente es un fraude. Nadie presta dinero sin garantía de que les será devuelto.
  • Si te piden: un depósito por adelantado, o que reclutes a más personas para tratos similares al tuyo, con toda seguridad vas a perder tu dinero.
  • Si la empresa no te proporciona el CAT, calcúlalo usando uno de los simuladores online, y compáralo con el promedio del mercado, para saber si te están cobrando una tasa justa, o es usura.
  • Si la institución no cuenta con un sitio web serio, redes sociales con actividad institucional, o una dirección comprobable, lo más seguro es que se trate de un fraude.
  • Si la empresa te pide acceso a tu teléfono, a tus contactos, u otra petición de esta naturaleza, se trata de alguien que muy probablemente te quiere extorsionar.
  • Nunca firmes consentimiento alguno, ni contrato, a menos de que entiendas perfectamente las condiciones y las aceptes.

MUY IMPORTANTE:

Si estás siendo acosado por una empresa fraudulenta, o tienes alguna duda, la CONDUSEF está a tus servicio para aclarar cualquier pregunta y ayudarte. Puedes visitar su página, o llamar gratis al 01 800 999 80-80.