ChatGPT es de lo único que se habla en los foros de tecnología, en los grupos de redes sociales, en las tertulias de televisión e incluso en las comidas entre compañeros de oficina de agencias de publicidad y márketing, editoriales, estudios de diseño y todo tipo de profesionales creativos cuyos trabajos -muchos piensan- podrían estar amenazados por la Inteligencia Artificial.

Hoy, concretamente en este blog vamos a hablar de ChatGPT.

¿Qué es ChatGPT?

Para ponértelo en palabras sencillas, tener ChatGPT es como tener un amigo platicón, conversador, que sabe mucho de todo y que en pocos segundos puede contarte todo lo que sabe, o por lo menos todo lo que tú quieres saber sobre cualquier tema.

Muchas personas piensan que ChatGPT tiene tantas respuestas porque se conecta a Internet. No es así. ChatGPT es un modelo neuronal predictivo, lo que significa que ha sido alimentado con una inmensa cantidad de datos e información (mucha de ella que proviene de internet) que le permite conocer el lenguaje, predecir cómo se va a comportar y cómo organizar por temas y variables toda la información que guarda.

Cuando yo era muy joven, la primera profesora de computación que tuve nos dijo esto después de sentarse en la silla de su mesa de maestra: “Las computadoras son las máquinas más tontas que existen. No saben, ni pueden hacer absolutamente nada sin que tú, el/la usuario/a les diga qué tienen qué hacer. En orden, con lógica y con un plan armado para obtener un resultado.”

¿Inteligencia Artificial?

Esta regla sigue aplicando para la Inteligencia Artificial. Si piensas que ChatGPT, automáticamente y por sí mismo va a darte todas las respuestas y va a reemplazarte en tareas de seguimiento o incluso en tareas creativas como escribir un texto, una entrada de blog, ¡o incluso un guión para cine o televisión!, estoy encantada de decirte que no. Eso no va a pasar nunca. Porque la única forma de sacar provecho a una herramienta como ChatGPT es aprender el arte de hacer preguntas.

¿Qué es Prompt Engineering?

En lenguaje técnico, el arte de hacer preguntas se traduce en un término que de momento tiene locos a quienes quieren aprender el uso óptimo de la aplicación: “Prompt Engineering”.

“Prompt Engineering” se traduce como la técnica adecuada para introducir parámetros en ChatGPT. Vamos a explicarlo:

Cuando tú quieres hacerle una consulta a la aplicación tienes que escribir tu solicitud en la interfaz de la plataforma: “Dame información sobre los últimos 10 equipos que han ganado el SuperBowl”. Y ChatGPT lo hará. Lo más probable es que te de información muy general sobre los años, los estadios donde se jugaron los partidos, los equipos y los marcadores.

Pero si tú quieres tener más datos sobre quiénes eran los quarterbacks, quiénes lideraban los equipos defensivos, quiénes eran los entrenadores y las jugadas polémicas de cada encuentro, tendrás que refinar tus preguntas y ser mucho más específico para indicar la información que quieres conocer.

O sea que, necesitas tener unas bases mínimas de conocimiento; y saber qué buscar y cómo buscarlo. En pocas palabras: además de conocer el funcionamiento de la aplicación, necesitas tener una base previa de información sobre los temas que investigas y una preparación previa en el arte de hacer preguntas (establecer parámetros) para que la aplicación pueda articular la respuesta que necesitas.

La idea detrás de ChatGPT es ser una herramienta altamente eficaz de conocimiento para obtener información, generar ideas innovadoras, estructurar soluciones eficaces, coordinar proyectos, dar referencias, hacer comparaciones, en fin, todo tipo de tareas y gestiones en la empresa, la educación o en la vida diaria que se requieran. Pero es incapaz de parametrar; es decir, que ChatGPT solo podrá responderte aquello que tú le preguntes. Por lo que, como ves, la sartén por el mango la sigues teniendo tú. Por eso es necesario que sigas formándote, que sigas preparándote y que sigas al día en tu área de expertise: porque solo a partir de la información que tú le brindes a la aplicación podrás establecer un diálogo productivo y eficaz, útil para la toma de decisiones.

ChatGPT no va a quitarte tu trabajo

Mi conclusión es que ningún profesional que se mantenga al día, que conozca su oficio, que sepa cómo tratar con un cliente, que conozca su negocio o su área profesional como la palma de su mano puede temer a ChatGPT. Chat GPT es una de las herramientas más extraordinarias que han surgido en los últimos años, porque le permite a cualquier persona con una conexión a internet tener acceso rápido, sintético, eficaz al mundo del conocimiento.

Pero, como todo, no podemos dejar la responsabilidad ética en manos de una máquina. Somos nosotros, los seres humanos, desde nuestra grandeza y nuestra debilidad, quienes haremos de Chat GPT una herramienta para liberarnos, aprender y ser mejores, o una herramienta para uso y beneficio de unos cuantos.

Es muy importante, pronto, que los gobiernos y cada uno de nosotros, en lo individual, reflexionemos sobre lo que implica esta tecnología revolucionaria en nuestro mundo cotidiano y resolver los dilemas éticos que nos presenta.

Por ejemplo: si el profesor de tu hijo prepara la clase con ChatGPT y tu hijo elabora el trabajo del colegio con ChatGPT, ¿qué estamos realmente evaluando? ¿Quién es realmente el que enseña y el que aprende?

En el mundo educativo ChatGPT va a plantear preguntas para las que ahora no tenemos respuesta pero que, cuando podamos responderlas, van a inspirar grandes cambios en la forma de enseñar y en la forma de aprender.

La cuestión de fondo es que, sin importar cuál sea tu profesión, no debes temerle a ChatGPT. Antes bien: adéntrate, conócela, úsala en tu beneficio. Solamente así podrás formar parte de quienes cambiarán el mundo con esta tecnología revolucionaria y no formar parte de quienes se quedan en el pasado.