Esto sucedió en uno de los momentos económicos más bajos de mi vida adulta. Estaba haciendo cola en Walmart con un carrito lleno de comestibles y mucha gente detrás de mí.
Mi tarjeta de crédito principal fue rechazada; me sentí muy avergonzada. Luego probé con otra tarjeta, que también fue rechazada. No puedo transmitir con precisión mis sentimientos en ese momento. Fue horrible. Ese día, mi esposo y yo estábamos comprando con mi madre y tuve que pedirle que usara su tarjeta de crédito. Como casada y adulta, lo último que quería hacer era pedirle a mi mamá su tarjeta de crédito.
No sé qué fue peor: que me rechazaran dos tarjetas o que mi mamá me sacara de apuros.
Por supuesto, no estaba sola. Todos hemos experimentado malas rachas económicas, con la tarjeta de crédito a tope y sin poder utilizarla. Y sin embargo, aunque en tiempos de crisis son muchas las personas que viven lo mismo que tú, es inevitable sentirse francamente mal.
Mientras iba a casa con la cabeza enterrada entre las manos, me preguntaba cómo había llegado a ese punto.
Cómo llegamos al rechazo de una tarjeta de crédito
Aproximadamente un año antes de este episodio, mi esposo y yo teníamos buenos empleos. No éramos muy buenos para administrar el dinero, pero tampoco imprudentes. Aún así, como muchas personas, teníamos deudas con las tarjetas de crédito.
Nosotros pertenecíamos al 80% de mexicanos que tienen deudas. No salíamos a comer con demasiada frecuencia, pero siempre pagamos nuestras cuentas a tiempo y normalmente teníamos dinero en el banco.
Tiempo después, mi esposo pidió su ingreso a la escuela de medicina y fue aceptado, pero en una facultad del extranjero. Tomamos la difícil decisión de dejar nuestros trabajos y mudarnos. Vivíamos de préstamos estudiantiles y yo acababa de empezar con la escritura independiente.
Recuerdo muy específicamente que, en el momento del “Episodio Walmart”, había recibido el pago por un trabajo de redacción que hice. Cuando estaba en la línea de pago, el dinero todavía estaba en medio de ser transferido de PayPal a mi cuenta corriente.
A pesar de lo mortificante que fue, esta experiencia fue el catalizador para que mejorara nuestra situación financiera.
Inmediatamente me motivé para conseguir más trabajos de escritura independiente y así, rápidamente aumenté mis ingresos. Hace unos años, cuando comencé a escribir como autónoma, me pagaron el equivalente a $200 pesos por la publicación por mi primer trabajo de redacción. En estos días, mantengo a una familia de cuatro con mis ingresos por escritura, así que he recorrido un largo camino.
En ese momento también utilicé mis ingresos adicionales para reducir mis deudas de tarjetas de crédito.
Analicé mis gastos, hice un presupuesto y utilicé la técnica de los sobres de efectivo, para pagar los $80,000 de la deuda de la tarjeta de crédito en 18 meses. Entonces mi esposo y yo pudimos construir nuestro primer fondo de emergencia, y las cosas mejoraron mucho después de eso.
No le deseo a nadie la experiencia de que le rechacen una tarjeta de crédito. Pero, si les llega a suceder, aquí hay algunos pasos que puedes dar para mejorar tu situación:
Si rechazan tu tarjeta de crédito, mantente tranquilo
Antes de enojarte, detente y piensa en el límite y las características de seguridad de tu tarjeta. ¿Llegaste al límite? ¿Estás de vacaciones y de compras en un lugar diferente, o estás gastando una cantidad mayor de lo habitual?
Aproximadamente un tercio de los rechazos de tarjetas de crédito se deben a que el banco verifica la legitimidad de tus compras. Si te sales de tus patrones habituales de compra es muy probable que se realice esta verificación y tienes una de tres posibilidades de que el rechazo ocurra.
Tener un plan B
Si tienes la sensación de que has superado el límite de tu tarjeta, intenta con un método de pago diferente, ya sea tu tarjeta de débito u otra tarjeta de crédito. Siempre guardo un billete de emergencia en mi billetera para casos como este, pero raras veces lo utilizo. Este recurso, sin embargo, solo te ayudará en compras pequeñas.
Sin embargo, si estás seguro de que tu tarjeta debería funcionar y no tienes otro método de pago, siempre puedes llamar al número que figura en el reverso de la tarjeta de crédito. Trata de ver qué sucedió y pregunta si la institución bancaria puede desbloquear tu tarjeta.
Y siempre puedes recurrir a un amigo o familiar que esté cerca y pueda ayudarte (como hice con mi mamá ese día en Walmart).
Si todo lo demás falla
Por último, en el peor de los casos, si sabes con certeza que ninguno de tus métodos de pago funcionará y no tienes respaldo, pregúntale cortésmente al cajero si desean que devuelvas los productos donde los tomaste (la respuesta será casi siempre que no).
Si es así, solo deja los artículos y sal de la tienda. Si mi madre no hubiera estado en Walmart ese día, esta es la ruta que habría tenido que tomar.
Después de que tu tarjeta de crédito sea rechazada
Hay varias cosas que puedes hacer después del rechazo de una tarjeta de crédito. Pero lo más importante es actuar con rapidez.
“Si se te rechazaron una tarjeta de crédito, debes llamar a la compañía de la tarjeta de crédito lo antes posible. Ellos podrán ayudarte a comprender por qué se rechazó ”, explica el planificador financiero certificado Michael Shea.
“Luego, solicita un informe crediticio a través de una de las agencias de crédito para asegurarte de que tu crédito esté al día”, agrega Shea. “Si hay algún problema en el informe de crédito, es posible que puedas disputarlo. De lo contrario, es probable que hayas agotado tu límite y necesites implementar un plan de gestión de deudas para pagar la deuda”.
Lo más importante es…
En última instancia, me alegro de que haber pasado ese momento embarazoso.
Por horrible que fuera, aquel día decidí tomar un mejor control de mis finanzas. Solo tenía claro que nunca jamás quería volver a sentirme tan avergonzada. Ha sido un largo camino. Pero me enorgullece decir que nunca me han rechazado una tarjeta en una tienda desde entonces, y dudo que lo vuelvan a hacer.