Las mamás nunca queremos revelar nuestras inseguridades o imperfecciones. Después de todo, se supone que somos las fuertes, las que sostenemos todo sistema de apoyo y cuidados para toda la familia. Brindamos asesoramiento. Conocemos las respuestas y podemos hacerte sentir mejor cuando estás perdido o tienes miedo.
Sin embargo, en el fondo, casi todas las madres en todas partes del mundo tienen problemas de dinero. Estas preocupaciones las mantienen despiertas por la noche. Están estresadas por sus familias y su futuro.
No quieren hablar sobre su estrés porque revelarlo mostraría debilidad, pero si solo se comunicaran con otras madres y con sus parejas, se sorprenderían de que todas y todos tenemos los mismos problemas. Aquí hay algunos problemas de dinero comunes a las madres.
1. Un cónyuge con el hábito de gastar en exceso
Muchas mujeres con las que he hablado quieren mejorar administrando el dinero. Algunas han leído numerosos libros sobre finanzas personales y otras sintonizan con algún gurú del dinero en la televisión o en línea. Quieren hacerlo mejor, ser mejores, pero sus maridos son los que gastan.
Estas madres intentan ahorrar dinero, ya sea para la próxima temporada navideña, para sus hijos o para unas vacaciones familiares, solo para descubrir un tiempo después que sus parejas han dispuesto del dinero de la cuenta para comprar algo innecesario. Estas madres están frustradas y asustadas, y buscan una salida.
A estas mujeres siempre les sugiero, si está a su alcance, buscar una terapia de pareja. A veces, el problema no es el dinero. Ni siquiera se trata de hábitos de gasto. Se trata de problemas profundamente arraigados que solo un profesional puede abordar.
Si este es tu problema, no estás sola.
He hablado con innumerables mujeres que me han compartido estas preocupaciones, incluyendo algunas amigas cercanas y familiares mías. Es más común de lo que piensas, así que por favor obtén la ayuda que tu familia necesita.
2. Comprar la ropa infantil a precio accesible.
Mi esposo odia lo que él llama “contenedores” en las tiendas de ropa para niños. Odia la idea de verme hurgar tratando de encontrar una camisa o un par de pantalones con descuento para nuestros hijos. Esa tampoco es la forma en que me imaginé que compraría ropa para los niños.
El lado poco práctico de mí pasa por las ventanas de hermosas boutiques infantiles, donde los atuendos combinan de la cabeza a los dedos con hermosos lazos y pajaritas. Hay una tienda en particular que siempre tiene atuendos coordinados de niños / niñas que me encantaría ponerme a mis gemelos.
Dicho esto, el lado práctico de mí sabe que gastar mucho en la ropa no vale la pena porque crecen muy rápido y tampoco es una prioridad. Mis hijos viven principalmente con ropa de juego durante todo el día. No están en la escuela. Ni siquiera están en preescolar o en la guardería. Les gusta correr afuera y arrojarse espaguetis en la cabeza. Esa ropa preciosa para niños que sale en las revistas simplemente no puede estar en mi agenda.
Sin embargo, hay una pequeña parte de mí que siente que me vería como una mejor madre si mis hijos estuvieran vestidos un poco más a la moda, y también creo que algún día entraré y compraré lo que quiero sin sentirme culpable por ello.
3. Necesitar un descanso pero no querer pagar por el cuidado de los niños
La preocupación del dinero es más común en las madres que se quedan en casa a tiempo completo. Muchos de ellas se sienten estresadas o cansadas y desean poder tener un momento para sí mismas. Cada vez que conozco a una madre como esta, trato de animarla a que considere buscar ayuda para cuidar a sus hijos al menos una vez por semana. Una niñera incluso por una o dos horas no es muy cara, y eso le permitiría a esa madre ir de compras en paz o incluso arreglarse las uñas.
Para las parejas en las que solo uno de ellos trabaja fuera del hogar, es importante proteger las finanzas del cónyuge que se queda en casa y asegurarse de que su familia esté protegida económicamente sin importar lo que suceda:
- Comiencen a ahorrar ambos para la jubilación. Mary Ellen Eskinderian, Presidenta y CEO de Woman’s World Banking enfatiza que el hecho de que una mujer no trabaje fuera de casa y se dedique por entero al cuidado de su familia no significa que no tenga derecho o pueda tener una AFORE que le permita hacer un ahorro para su retiro. “La vulnerabilidad de las madres en temas pensionarios NO se debe a una actitud pasiva de las mujeres sino a que muchas de ellas dedican la mayor parte de su vida productiva a ser madres y a realizar actividades domésticas no remuneradas, pero indispensables para su núcleo familiar.” nos dice. Las AFORES en México permiten la apertura de una cuenta sin necesidad de una prueba de ingresos, pero el cónyuge que trabaja necesita ganar lo suficiente para poder depositar en ambas cuentas.
- Compren un seguro de vida para el cónyuge que se queda en casa. Considera esta situación: digamos que como pareja optaron por no tener una póliza de seguro de vida para el cónyuge que se queda en casa. Ahora imagina que sucede lo impensable y el cónyuge que se queda en casa muere, dejando que el cónyuge sobreviviente pague el cuidado de los niños, el mantenimiento del hogar y además, que continúe trabajando. En una situación tan difícil, sea quien sea el cónyuge viudo, necesita un fondo de apoyo para poder financiar el cuidado de los niños. Dejando a un lado estas conjeturas aterradoras, siempre es una buena idea tener un seguro de vida para ayudar a manejar lo inimaginable.
- Piensa en un trabajo a tiempo parcial. Tu situación puede y probablemente cambiará con el tiempo. A medida que tus hijos crezcan y vayan a la escuela, el cónyuge que se queda en casa tendrá más tiempo libre, lo que podría permitirle tomar un trabajo a tiempo parcial, lo que asegurará mayores ingresos para el hogar.
- Piensa en un seguro por discapacidad.La única forma en que un cónyuge que se queda en casa puede comprar un seguro de discapacidad es si tenía una póliza con un empleador anterior antes de dejar la fuerza laboral para quedarse en casa. Un accidente de trabajo o enfrentar una discapacidad en edad laboral requerirá también que conozcas los detalles de la Ley del Seguro Social en estos casos. Una póliza de seguros extra no puede más que beneficiar en una situación tan adversa como esta.
- Considera un acuerdo postnupcial. La decisión de que uno de los cónyuges se quede en casa debe ser acordada por ambos cónyuges. Si una persona está haciendo un sacrificio profesional, como ser un padre que se queda en casa, por el bien de la familia, un ‘postnupcial’ puede protegerlos en caso de divorcio.
Muchas mamás se avergüenzan o se sorprenden por esta sugerencia. Estas madres abandonaron la fuerza laboral porque querían estar con sus hijos durante el día, pero también porque el tipo de cuidados que ellas proveen tiene un elevadísimo costo si se contratara a una persona especializada en ello. Un costo que prácticamente ninguna familia puede sufragar.
Para ellos, su trabajo es quedarse en casa todos los días con sus hijos, sin descanso, pero incluso las personas con una semana laboral de 40 horas tienen derecho y deben tomar un día de descanso.
Para todas las madres que tienen trabajos 24/7/365 (es decir, criar hijos), una o dos horas fuera de casa no afectarán drásticamente el resultado final. Solo es un problema de dinero si lo convierten en uno y no subcontratan servicios de apoyo ocasionalmente para un merecido descanso.
4. Sentirse culpable por gastar dinero en ti misma
No es raro que las madres, que estamos tan acostumbradas a priorizar las necesidades de los demás, sean reacias a comprar cosas para sí mismas. Ya sea que tengas un trabajo a tiempo completo, trabajes a tiempo parcial o te quedes en casa a tiempo completo, ¡no dejes de darte un capricho de vez en cuando!
Es importante, sin embargo, conocer la diferencia entre pequeños derroches y compras impulsivas. Si con frecuencia estás sobrepasando tu presupuesto debido a las compras en línea, la forma más fácil de frenar este hábito es “silenciar todas las cuentas en Instagram o Facebook que te hagan querer comprar cosas”, según Kathleen Porter Kristiansen, fundadora de Triple Passport. “Te devuelve el control y te ayuda a evitar que caigas víctima de influencias sutiles cuando intentas mantenerte en el buen camino”.
5. Estar excluido de las decisiones financieras familiares
Si tu cónyuge maneja todas las facturas e inversiones, puedes sentirte que estás siendo excluida de las decisiones financieras. No hay una respuesta fácil a este problema que no implique agravar el problema. Educarte sobre las finanzas de tu familia es una forma de involucrarte más en el proceso financiero.
Propón una reunión mensual con tu cónyuge para discutir las finanzas de la familia. “El simple acto de hablar sobre sus finanzas mensuales te mantendrá conectada a la situación financiera de su familia”, afirma Steffa Mantilla, instructora en educación financiera.
Como equipo, tú y tu cónyuge pueden establecer un presupuesto para el próximo mes y trabajar juntos en otras decisiones de gastos.
6. Necesidad de pedir permiso para compras
En algunos hogares, el esposo puede sentir que tiene derecho de monitorear cada compra, ya que es él quien paga. En otros hogares, es la esposa quien siente la necesidad de consultar con su esposo antes de comprar cualquier cosa.
Cualquiera que sea tu situación, tienes que tener claro tu derecho de ser tratada como una socia financiera igualitaria. Si necesitan ayuda, acudan a su sucursal bancaria y pidan asesoría para que ambos tengan acceso a fondos en una cuenta conjunta y luego trabajen juntos para diseñar un plan de gastos que los beneficie a ambos.
7. Las cuentas financieras están a nombre de tu esposo
Tener todas sus cuentas a nombre de su esposo puede dejarte con la ansiedad de protegerte financieramente si algo sucede. Ahora es el momento de abrir una cuenta conjunta si tu esposo y tú aún no lo han hecho. Y tu AFORE, importantísima para que puedas también contar con una garantía para los años de tu jubilación.
No necesitan fusionar sus finanzas por completo. Puedes considerar “…tener una combinación de cuentas conjuntas y separadas. Esto te permite tener cierta autonomía y un margen de autoprotección”, afirma Adam Kol,un entrenador financiero de parejas.
Reflexiones finales
En última instancia, todas las mamás deben hablar alto y claro sobre los problemas de dinero que les molestan. Hablar con otras madres te confirmará que no estás sola cuando se trata de pagar la ropa de tus hijos, o cuando deseas que tu esposo no gaste tanto dinero. Todos tenemos algo con lo que luchamos, especialmente cuando se trata de nuestras finanzas.