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¿Alguna vez tuviste una opinión sobre un proyecto de trabajo que pensaste que beneficiaría a la empresa, pero al final te la guardaste porque difería de la de tus superiores? ¿Alguna vez cometiste un error y lo ocultaste por temor a ser despedido? ¿Alguna vez pensaste que algo que sucedía en el trabajo no era ético, pero elegiste no decir nada porque temías las repercusiones de hablar?
Estos problemas afectan a muchas oficinas en México y en todo el mundo. Pero, ¿cuántos empleados realmente hablan?
Mi consejo para los jefes, supervisores y empleadores es que, a menos que les digan específicamente a sus empleados que deben comunicarse (y en voz alta), muchos de estos problemas permanecerán sin resolver.
Es posible que estés desperdiciando el talento tanto te cuesta pagar porque tus empleados quizás no tienen un ambiente propicio para hacer oír su voz. Peor aún, sofocar la capacidad de tus empleados para hacer cuestionamientos y hacer propuestas puede a la larga abrir una distancia tan grande que conduzca a un rompimiento y a la ganancia de un competidor tuyo.
Al querer impresionar a sus jefes (o simplemente para mantener sus trabajos), los empleados a menudo creen erróneamente que sus opiniones, quejas e inquietudes deben ser suprimidas.
Como jefe, te enfocas en el resultado final, las minucias y en apagar incendios. Sin embargo, a menos que sea una operación independiente de una sola persona, su equipo y sus puntos de vista son fundamentales para los logros generales de la empresa.
Un equipo de empleados discretamente molestos no es lo mejor para usted.
Después de haber trabajado durante casi tres décadas como jefe y empleado, estas son mis tres sugerencias clave para que las compartas con tu equipo a fin de mejorar la comunicación y alentar a tu equipo a hablar.
1. Fomentar la franqueza
Hágales saber a los empleados que valora su opinión. Al principio de mi carrera me dijeron: “No quiero un hombre que siempre diga ‘sí’. Te contraté para escuchar tu punto de vista. No me digas lo que crees que quiero oír. Dime lo que realmente piensas.”
Esas palabras me permitieron expresarme plenamente. También le dieron a mi empleador acceso a pensamientos diferentes a los suyos. Tuve el poder de desafiar y presentar un pensamiento “fuera de la caja”, lo que resultó en enormes ganancias económicas para la empresa.
La creación de un ambiente de honestidad es más efectiva cuando se presenta durante el proceso de incorporación. “La mejora de la comunicación con los empleados comienza con la contratación, no después”, dice Jaren Nichols, director de operaciones de la plataforma de soluciones contables ZipBooks. “Si deseas que tus empleados hablen, debe contratar personas que sean honestas, amables y dedicadas”.
2. Solo somos humanos
Dile a tus empleados directamente: “Si cometes un error, admítelo y abordaremos el problema juntos”.
Esconderse y/o mentir crea estragos por todas partes. Si bien parece obvio, a menos que les digas a tus empleados que quieres que sean totalmente sinceros contigo, es posible que no sean tan comunicativos.
Haz saber a tu equipo que tú también eres humano. Que entiendes que los errores ocurren. Y cuando cometas un error, se abierto al respecto para que tu personal entienda que también estás lejos de ser perfecto. Tu compromiso con una cultura de crecimiento y honestidad demostrará que predicas con el ejemplo. Esto, a su vez, ayudará a fomentar y mejorar la comunicación entre tus empleados.
Si no abres esta puerta, es posible que no te reconozcan tu capacidad para corregir el problema.
Dependiendo del error, esa mentalidad puede ser desastrosa para el éxito de tu negocio. ¿Por qué dejarlo a la suerte? Los empleados se sentirán seguros y protegidos, sabiendo que estás disponible para ayudar a solucionar el problema en lugar de aumentarlo. Este resultado es un ganar-ganar.
3. Pon la ética primero
Como jefe, probablemente conozcas el estribillo: “Si ves algo que crees que no es ético, dímelo”.
Pero todos sabemos que nuestras percepciones colorean la realidad. De hecho, algunos podrían decir que la percepción es la realidad.
Es un regalo increíble para tus empleados hacerles saber desde el principio que eres un empleador honesto e íntegro. También es importante, ya sea que sea una pequeña empresa sin departamento de recursos humanos o una gran corporación, que trates a los empleados, proveedores y clientes por igual. Si haces una excepción con uno, entonces debes hacer una excepción con todos.
Si tus empleados perciben que está ocurriendo algo deshonesto, ya sea algo que dijiste o hiciste o tu interpretación de la acción o inacción de un colega, puedes abordar y rectificar estos problemas de inmediato.
Permitir que tu personal tenga la libertad de hablar y darle la bienvenida a la conversación te otorga acceso a la información que necesitas.
Cómo mejorar la comunicación con los empleados: el resultado final
Te vas a encontrar con que muy a menudo los empleados tienen ideas valiosas, cometen errores o se encuentran con un comportamiento poco ético, pero temen las consecuencias desconocidas que hablar al respecto tendrá con su jefe.
Establece la pauta para unas relaciones de trabajo mutuamente benéficas que permitan que haya libertad de expresión.
Si lo haces, inevitablemente promoverás el crecimiento, el respeto y la admiración de tu equipo, y eso beneficiará los resultados de tu empresa. El respeto y la confianza crecen cuando tus empleados saben que los respaldas y que todos están trabajando juntos para lograr los mejores resultados para la empresa.
No asumas que tus empleados saben que pueden confiar en ti y contarte las cosas que pasan. Para que puedas recibir esta información, debes comunicar estas instrucciones directamente. Como dijo George Bernard Shaw: “El problema más grande en la comunicación es la ilusión de que ha tenido lugar”.
Consejos de bonificación para empleados: ¿Cuál es la mejor manera de acercarte a tu jefe?
Independientemente de cuán abierto y cercano sea un empleador, la responsabilidad a menudo recae en el empleado que organiza una reunión para plantear sus inquietudes. Ya sea para hablar sobre irregularidades en el lugar de trabajo o simplemente para dar una actualización de cómo van las cosas, hay una manera correcta (y una manera incorrecta) de acercarse a un supervisor. Aquí hay algunos consejos comprobados para mejorar su propia comunicación como empleado.
1. Establece la agenda
Si planeas reunirte con tu jefe por más de 10 minutos, es recomendable enviar un correo electrónico con anticipación e indicar de qué piensas hablar con tu supervisor.
“Siempre animo a los miembros de mi equipo a que me envíen un correo electrónico con la hora y la fecha en que les gustaría tener la conversación”, dice el director de operaciones Dan Case del sitio de Recursos Humanos MyCorporation. “Esto me permite reservar la cantidad adecuada de tiempo y encontrar soluciones para el problema en cuestión”.
2. Sigue el precedente
Si puedes, pregunta en el lugar de trabajo para ver cómo sus colegas manejan las reuniones de supervisión. Sus consejos pueden brindarte un conjunto de mejores prácticas para que tu reunión sea exitosa.
3. Se dueño de tus errores
Si tienes la intención de reunirte con tu jefe por un error que cometiste, reconócelo y propón algunos pasos prácticos para evitar ese error en el futuro.
“Si cometiste un error, el primer paso es aceptar la responsabilidad y comprender por qué sucedió”, dice el gerente de desarrollo profesional William Taylor del sitio de creación de curricula MintResume. “Habla con tu gerente sobre el error, por qué sucedió y qué crees que se puede hacer para evitarlo en el futuro; y convertir esa solución en una regla o una política de trabajo.”, agrega Taylor.
4. Concéntrate en las soluciones
Cuando tengas un problema en el lugar de trabajo, intenta idear una solución antes de hablar con tu supervisor. De esta manera, cuando hables con tu jefe, él o ella te reconocerán como una persona creativa y enfocada en resolver los problemas que surjan en un ambiente colaborativo.
5. Conozca los hechos
Ya sea que estés solicitando un aumento o sugiriendo un cambio productivo en el flujo de trabajo, asegúrate de tener los datos para respaldarlo. Esto demostrará que no estás haciendo tu solicitud sin bases; y le dará a tu jefe más razones para acceder a tu petición.