Soy una mujer adulta e intento no molestar a nadie con mis problemas. Especialmente mis problemas íntimos. Mis periodos, mi método anticonceptivo, mis embarazos y todo lo relacionado con mi anatomía y fisiología. Y diariamente me encuentro que en el supermercado o en la farmacia los productos que todas requerimos para atender nuestras necesidades pueden alcanzar precios que francamente son excesivos en su relación calidad/precio.

No me malinterpretes: no soy una de esas mujeres que busca ahorrarse hasta el último centavo. Estoy dispuesta (y feliz) de invertir en productos de calidad.

Lo que no estoy dispuesta (¡ni lo estaré jamás!) es a seguir invirtiendo mi dinero en productos que son injustificadamente caros solo porque son para mujeres.

Mi principal trinchera son mis artículos y mi trabajo. Pero de momento te propongo algunas ideas de cosas que me han servido a mí para ahorrar en mis artículos personales.

Cuidados del periodo y toallas sanitarias

Ser mujer requiere que me mantenga limpia durante mi período. Desde que tuve mi primera regla me convertí en una más de las mujeres obligadas a pagar lo que se llama el impuesto rosa. Para explicarlo mejor, diré que el impuesto rosa es el costo fiscal extra que se impone a todos los productos de higiene femenina por el simple hecho de ser productos para mujeres. De acuerdo con la revista Forbes, el impuesto rosa en México ha llegado al 13% o incluso al 16%. ¡Como si comprar toallas sanitarias o tampones fuera una compra de lujo o un artículo optativo para las mujeres!

Y lo mismo aplicaba para, por ejemplo, jabones íntimos y otros artículos. Caso aparte son las cuchillas femeninas que, siendo las mismas que las de los hombres (pero en colores pastel), inexplicablemente, son más caras. ¡Inaudito!

En México la miscelánea fiscal de este 2022 finalmente ha determinado que los artículos de higiene femenina deben considerarse de primera necesidad y, por lo tanto, las usuarias nos beneficiamos de una tasa 0%. Esta es una conquista que ha tardado muchos años en hacerse una realidad, pero que por suerte podemos celebrar que a partir de ahora esta injusticia está medianamente subsanada. Pero aún hay mucho por hacer.

De todas formas, y dado que además del costo económico hay un costo ambiental muy alto, te comparto algunas alternativas para eliminar las toallas sanitarias de tu lista de la compra:

Primero consideré opciones de control de la natalidad que detuvieran mi período. Sin embargo, como no me gusta meterme en el cuerpo substancias de las que no estoy 100% segura cuáles serán sus consecuencias a mediano y largo plazo, decidí que quizás el uso prolongado de hormonas podría ponerme en una situación de riesgo para el futuro (dificultades para concebir o riesgo de cáncer).

La mejor alternativa que encontré fue recurrir a la copa menstrual.

¿Qué es la copa menstrual?

Leona Chalmers inventó la copa menstrual en 1937 y la patentó ese mismo año. Su diseño original era de goma y caucho y básicamente es una copa que sirve para recoger el flujo menstrual. En la actualidad las copas se fabrican en silicona, son ligeras, cómodas y representan una solución económica y ambientalmente sostenible. Como todo, se requiere práctica y adaptación; pero con gran alegría veo que en los colegios cada vez más se promueve su uso entre las más jóvenes, lo cual representa un gran avance además de que sin duda es un gran ahorro para las futuras generaciones. 

Una copa como la que yo utilizo cuesta entre $450 y $700. Bien cuidada puede durarte entre un año y un año y medio. Considéralo así: un paquete de 10 toallas sanitarias puede costarte entre $35 y $45, dependiendo de la intensidad de tu flujo menstrual. Cada periodo puede gastar quizás 15 compresas, lo que representa entre $52 y $62 al mes, lo que representa un gasto entre $600 y $800 por un producto con menos prestaciones y con un impacto ambiental mucho mayor. Y una ganancia adicional: ¡mi ropa interior está como nueva!

Incontinencia urinaria

Unos meses después de dar a luz a mi hija, comencé a levantar pesas. Esto es lo que voy a decir al respecto: un pequeño ser humano creció dentro de mí (el segundo). Luego, ese pequeño ser humano salió de mis entrañas y eso causó algunos daños en mi región pélvica.

Cuando comencé a levantar pesas, sufría de pérdidas de orina. Los ejercicios de Kegel son fantásticos, pero no surten efecto inmediatamente. Así que traté de usar toallas higiénicas para algunos entrenamientos. Y lo odiaba.

En lugar de dejar de hacer ejercicio, busqué ropa interior desechable con alta absorción. Luego me di cuenta que si compraba en internet en lugar de en las farmacias podía obtener ahorros importantes. La ropa interior funcionó mientras mis músculos volvieron a estar en forma. Pude encontrar paquetes de 12 piezas por $100, lo cual me parece una inversión muy justa para resolver un problema (en mi caso) temporal y que en cambio me brindaba una gran seguridad para no tener que preocuparme por mi higiene sino solo por disfrutar de mis ejercicios.

Anticonceptivos

Si eres una mujer fértil y sexualmente activa, necesita saber cómo ahorrar dinero para prevenir un embarazo.

Porque, sin duda, el embarazo más económico es el que nunca ocurre.

Hay algunas estadísticas impactantes sobre la efectividad de varios métodos anticonceptivos. En este cuadro puedes ver el porcentaje de efectividad en cada caso:

Fuente: Statista.com. Porcentaje de efectividad de los métodos anticonceptivos modernos en 2020, por tipo de método.

¿Qué decidí yo? Usar la píldora anticonceptiva tal y como me indicó el médico. Fui con mi ginecóloga que me extendió una receta. Cuando se me termina la dotación, solicito una cita en línea para pedirle una nueva receta que recojo en su consultorio cuando me viene bien. Utilizar la tecnología es clave para ahorrar en todo: tiempo, dinero, esfuerzo, desgaste.

Afortunadamente, existen buenas opciones para todos los bolsillos. Cada vez más crece la conciencia de que es un derecho de las mujeres (y de los hombres cuando así lo deciden) tener acceso fácil y sin costo a alternativas de anticoncepción. Sobre todo entre los más jóvenes.

Embarazo (cuando un pequeño ser humano crece dentro de ti)

También logré ahorrar una buena cantidad de dinero en mis embarazos.

Hace cuatro años, di a luz a mi hijo en un pequeño hospital que elegí y por el que pagué una cantidad muy razonable de dinero y dentro de un paquete de servicios tanto para mí como para el bebé. El precio era importante para mí, ya que en ese momento tenía un seguro médico muy limitado. Mi compañía de seguros negoció algunos descuentos, y yo personalmente negocié otro 15% pagando mi deducible (que era un porcentaje importante del precio total del parto) por adelantado.

Nuestro segundo hijo fue el resultado del amor y de nuestros cálculos respecto al deducible acumulado a favor que teníamos con nuestro seguro médico. Decidimos intentarlo, y mi hija nació tres semanas antes de que comenzara el siguiente periodo de nuestro seguro.

También negocié un descuento del 25% adicional al momento de pagar la factura porque se trataba de una clínica nueva (muy bien dotada de equipo médico, con pocas habitaciones y un servicio extraordinario) que quería clientes satisfechos que hicieran un efecto boca a boca.

Reflexiones finales sobre cómo reducir el costo de ser mujer

Mucha gente puede rechazar algunas de estas soluciones de salud e higiene y puedo entenderlo. La realidad es que yo me estoy ahorrando una cantidad de dinero considerable. Y sin deteriorar ningún cuidado que yo o mi familia necesite. Además de que estoy poniendo mi granito de arena para cuidar nuestro planeta y me siento genial. ¿Cómo te sientes tú?

Esta pieza fue escrita para México y LATAM por Carmen Salas Torrero para CentSai.com.mx a partir de la idea original de Hannah Rounds para CentSai.com