Son mujeres, madres, algunas profesionistas, otras simplemente amas de casa que necesitan generar un ingreso adicional para apoyar a su familia. Desde sus casas fabrican, hornean, cocinan, confeccionan, compran y venden. Las vemos activas, anunciando sus productos en Facebook, Instagram y Whatsapp. Ellas son las Nenis, un fenómeno de emprendimiento producto de la pandemia que saca provecho de la tecnología y las redes sociales para crear un nuevo modelo de negocio.

Angélica es una mujer joven, mamá, fotógrafa y diseñadora de profesión que, como muchas mujeres en nuestro país, a raíz de la pandemia y de circunstancias familiares especiales (¡un embarazo de gemelos!), tuvo que reinventarse para generar ingresos ante la llegada de sus hijos. Armadas con la voluntad de salir adelante y la ilusión de emprender, ella y su hermana se adentraron en el mundo empresarial ¡a través de un pequeño negocio de galletas!

Ahora, tras el nacimiento de sus bebés, Angélica se encuentra en la gran encrucijada de apostar por dar el siguiente paso y establecer su empresa de manera formal.

Ella, como miles de mujeres en nuestro país, forma parte de la revolución de las Nenis, un ejemplo de valor, resiliencia e inteligencia empresarial que vale la pena conocer, seguir y apoyar. Platicamos con ella en su casa, mientras atendía a sus dos recién nacidos y esto fue lo que nos contó:

 

Centsai.com.mx (CS): Angélica, a raíz de la pandemia hemos observado que ha habido una explosión de mujeres emprendedoras como tú que, por distintas circunstancias se han visto en la necesidad de iniciar un negocio familiar, en sus casas para completar sus ingresos. ¿Nos podrías compartir cómo te ha ido a ti? ¿Cuál ha sido tu experiencia como emprendedora en tu pequeño y exitoso negocio de galletas?

Angélica (Ang): Bueno, yo estudié la licenciatura en Artes Visuales, con la especialidad de Diseño Gráfico e hice una maestría en Administración de Empresas. Durante cerca de 15 años he trabajado como maestra de fotografía y bellas artes. Además soy fotógrafa ¡y siempre he sido muy inquieta! En diciembre del 2020 me embaracé, un embarazo difícil porque eran gemelos; y en febrero de este año –más o menos- mi hermana y yo empezamos a vender galletas. La historia fue que en la Navidad de 2020 ella las empezó a hacer para regalarlas. Precisamente como no había mucho dinero dijo: “Yo voy a hacer algo con mis manos porque me sale más económico que mandarlo a hacer”. Las dos pensamos que era bueno prepararlas nosotras porque así tú le pones los ingredientes que quieres. Quedaron deliciosas y en enero mucha gente le empezó a preguntar “…oye, ¿no me podrías vender unas galletas?”. Así fue como se nos ocurrió que igual podríamos venderlas. Las dos dijimos: “Vamos a hornearlas, a venderlas y a ver qué pasa”.  Y nos decidimos. Llevamos todo este año 2021 en eso. Yo lo suspendí hace como mes y medio cuando nacieron mis bebés y ahora ya lo retomé. Se han vendido bastante bien. A la gente le están gustando mucho gracias a Dios. Nuestros planes son hacer crecer el negocio. Tenemos tres tipos de galletas y justamente hoy estuve hablando con una señora que me trajo unas muestras de cajas de madera para una versión más elegante y personalizada que queremos desarrollar para eventos o regalos donde podamos ofrecer, además de galletas, tés de diferentes tipos y sabores. Obviamente va a salir más cara, pero se trata de ofrecer un regalo bonito y original. Ahorita las vendemos en bolsas grandes de celofán. Y también hacemos versiones chiquitas para fiestas y eventos como bautizos, XV años, etc.

CS: Angélica, y cuéntanos, ¿cómo te diste a conocer?

Ang: La verdad lo que más nos ha funcionado es el boca a boca. La mayor parte de las veces los pedidos nos llegan porque alguien le contó a alguien de nuestro producto, o porque alguien las probó en un evento o en casa de familiares y amigos. Recibimos los pedidos por teléfono o por whatsapp. Tratamos de ofrecer un buen precio, pero que nos alcance para cubrir la materia prima, las bolsas de celofán, la gasolina que invertimos para entregarlas y una ganancia para mi hermana y para mí.

CS: Exactamente eso te iba a preguntar: ¿cómo le haces para distribuirlas?

Ang: Pues nos movemos por todas partes. Mi hermana vive exactamente en la otra punta de la ciudad, así que nos repartimos las entregas. Las del centro-norte las hace mi hermana y las del centro-sur las hago yo. Cobramos una pequeña tarifa de envío y las entregamos en lugares muy céntricos y sin problema de estacionamiento: afuera de supermercados o plazas comerciales. Gracias a Dios nunca hemos tenido ningún problema y siempre nos han pagado bien. Cuando hacemos galletas para eventos pedimos un adelanto, para compra de materia prima, y el resto a la entrega. Si son vecinos de la colonia, pues yo les llevo las galletas.

CS: ¿Y cómo se organizan para recibir los pagos? ¿Te pagan a la entrega, por transferencia bancaria o cómo le haces?

Ang: Casi siempre nos pagan cuando entregamos. También recibimos pagos por transferencia bancaria o depósitos en nuestra tarjeta de débito vía tiendas corresponsales de bancos.

CS: ¿Y no utilizas los lectores de tarjeta de crédito para recibir pagos con tarjeta?

Ang: ¡Me encantaría usar esos dispositivos! Los conozco pero aún no los hemos utilizado. Tuvimos muchos pedidos este año, pero yo cada vez podía ocuparme menos del negocio porque mi embarazo fue muy demandante. Ahora estamos reorganizando y con muchas ganas de crecer.

CS: Ahora, con el nacimiento de tus niños estás en un momento muy dulce, pero también muy demandante. ¿Tienes planes de hacer crecer el negocio, formalizarlo montando una pequeña empresa, solicitar un crédito o alguien que les ayude a distribuirlas a mayor escala?

Ang: Sí, claro. Como te decía, tenemos muchas ganas de crecer. Ahorita, yo por mis bebés y mi hermana por otras razones, ninguna de las dos podemos dedicarnos 100% a un trabajo con horarios fijos. Yo sigo dando clases online de fotografía y arte, pero ya no tengo tanto tiempo. Nos estamos reorganizando porque pensamos que es un buen negocio al que vale la pena darle forma y dedicarle tiempo.

CS: ¿Cuál crees tú que es el secreto del éxito que estás teniendo con tus galletas? ¿Por qué son diferentes de otros productos similares que existen?

Ang: Mi hermana y yo siempre decimos que es por el amor con el que las preparamos. La verdad es que siempre pensamos en quién las va a degustar; o si se trata de un evento como un bautizo, una Primera Comunión, pensamos en cómo hacer que los clientes queden bien con sus invitados. Les ponemos mucho amor. Y buenos ingredientes. Siempre elegimos lo mejor. La calidad es una de las cosas que más cuidamos. Tenemos que hacer mil y un equilibrios para ofrecer unas galletas caseras con un sabor espectacular, pero cuidando que el precio de los ingredientes no se coma nuestra ganancia. Las materias primas para repostería suelen ser muy caras y no queremos subir mucho el precio de nuestro producto. Siempre andamos buscando donde conseguir los mejores ingredientes sin salirnos de nuestro presupuesto. Y apostamos también por ofrecer diferentes formas, a veces con distintas decoraciones. Ahora para Navidad vamos a ofrecer decoraciones propias de la temporada. Y lo otro es ofrecer un buen servicio. Nunca le hemos quedado mal a un cliente y entregamos a tiempo. La gente aprecia mucho eso.

CS: Angélica, muchísimas gracias por recibirnos y por dedicarnos un rato mientras atiendes a tus bebés. Por último, para cerrar esta entrevista, ¿qué mensaje podrías darle, desde tu experiencia como pequeña empresaria, a todas esas mujeres que están intentando salir adelante como tú?

Esto es lo que Angélica nos dijo…