El COVID-19 llegó a tierras mexicanas hace seis meses, y los cierres de empresas y los bloqueos que dieron como resultado meses de ingresos reducidos (o nulos) han lanzado en picada las finanzas de millones de hogares. ¿Qué hacer? Desarrollar planes (y planes de respaldo), conseguir ayuda (si es necesario) y concentrarte en las cosas  no imposibles de controlar. En esta publicación, respondo a algunas preguntas que muchas personas se hacen con respecto a las finanzas personales durante el coronavirus:

P: ¿Qué pasa con el presupuesto? ¿Debería la gente siquiera molestarse en intentar hacer un presupuesto durante la pandemia?

Sí, claro. El presupuesto es más crítico ahora que nunca. Haz tu mejor estimación de los ingresos y gastos actuales y considera varias formas de cerrar la brecha.

Por ejemplo, el dinero que se ahorra al  gastar menos en cuidado de niños, gasolina, comidas fuera de casa y viajes preserva los ingresos para el pago de alquiler o los servicios públicos.

P: ¿Cómo se deben establecer prioridades en el pago de facturas?

Haz tres listas de gastos: Cliente Es decir necesarios para la supervivencia (por ejemplo, alquiler, servicios públicos, alimentos, transporte, teléfono, Internet y el seguro médico), Obligaciones (por ejemplo, deudas como tarjetas de crédito e hipotecas, manutención de niños, impuestos y cuotas) y Deseos (gastos que no son necesarios para tu supervivencia o que no tienes obligación de pagar).

Luego, comenzando con las necesidades, pon los gastos en orden de prioridad y paga las facturas hasta que se te acabe el dinero.

P: ¿Cómo se puede saber qué necesidades deben ir antes que otras?

Una forma de priorizar los gastos es considerar las consecuencias de la falta de pago de cada gasto. ¿Qué es lo peor que podría pasar si no se paga cierto gasto? A través de esta lente, la comida es siempre la necesidad de mayor prioridad. La gente necesita comida para sobrevivir: la renta o la hipoteca son muy importantes ya que nos podemos quedar sin casa.

P: ¿Qué deben hacer las personas para proteger su crédito?

Comunícate con tus acreedores antes de quedar en mora con un pago y analiza las opciones de indulgencia y un plan de pago modificado. Confirma todos los acuerdos con los acreedores por escrito con una carta o correo electrónico de seguimiento y anota la fecha de contacto y el representante de la empresa.

El pago a tiempo es un factor clave en el puntaje de crédito, así que asegúrate de que no se dañe tu historial crediticio..

P: ¿Qué más pueden hacer las personas para afrontar económicamente el COVID-19?

Evaluar los recursos del hogar. Calcular el patrimonio neto personal o del hogar (activos menos deudas) para obtener una “foto” de sus finanzas. Prestar especial atención al efectivo disponible, los ahorros en fondos de emergencia y los seguros de vida y planes de ahorro para jubilación que podrían solicitarse prestados, si fuera necesario.

P: ¿Tienes algún otro consejo financiero COVID-19?

Aprovecha el seguro médico del empleador mientras dure. Después de eso, busca una nueva cobertura de atención médica. Tres opciones para los trabajadores despedidos son: el plan del empleador de un cónyuge, Seguro Popular o cotizar una póliza de Gastos Médicos Mayores (hay de diferentes tipos que se ajustan tu presupuesto).

P: ¿Hay algo más que la gente pueda hacer para mejorar su seguridad financiera?

Los expertos recomiendan “mejorar tus habilidades”. Utiliza el tiempo libre que has encontrado recientemente para prepararte para volver al empleo con tu empleador actual o en otro lugar. Enfócate en las brechas en tu conjunto de habilidades y hazte lo más comercial posible (por ejemplo, obtén credenciales de programas de certificación y nuevas habilidades tecnológicas).

Además, establece la meta de aprender algo nuevo sobre finanzas personales todos los días. El conocimiento financiero ayuda a crear la preparación financiera, que puede aumentar la resiliencia en tiempos difíciles.

P: ¿Cuáles son algunos de los mayores problemas no financieros que enfrentan las personas en relación con COVID-19?

La falta de un horario diario es un gran problema para las personas que han sido despedidas. Los expertos recomiendan planificar tus días para evitar sentirte “privado” de las rutinas normales. Incluye algún tipo de actividad física todos los días y uno o dos “períodos de tiempo” para educación continuada o para la socialización virtual o a distancia.

P: ¿Qué puede hacer la gente para no sentirse tan “fuera de control”?

Controla lo controlable. Saca una hoja de papel y dibuja una tabla con tres columnas: Control, Adaptación y Supervisión.

Haz una lista de eventos y acciones sobre las que tienes control en la columna 1 (p. ej., programar rutinas diarias, actividades de cuidado personal, tareas de organización del hogar y nuevos patrones de gasto), seguidas de aquellas a las que te puedes adaptar en la columna 2 (p. ej., trabajar y estudiar desde casa) y aquellas a las que debes poner atención en la columna 3 (por ejemplo, las leyes estatales COVID-19 y políticas locales de regreso a la escuela (o no).