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Facebook (FB) ha tenido una buena cantidad de críticas en los últimos años. Las preocupaciones incluyen violaciones de la privacidad, fallas en sus sistemas de monitoreo, así como problemas para detectar material que fomenta el odio y la explotación, por no hablar de cómo la plataforma es adictiva (FOMO, miedo a perderse algo) y puede inducir a la infelicidad e incluso la depresión cuando los usuarios de FB están expuestos solo a perfiles poco creíbles, poco realistas de los demás y eso genera angustia y una obsesión por obtener el “me gusta” a costa de lo que sea.
Al igual que las tarjetas de crédito, FB tiene dos lados: puede ser una herramienta negativa, con efectos dañinos al exponerte a un mundo ilusorio y alejados de la realidad; y también puede ser una herramienta positiva para la educación, la colaboración positiva y el intercambio de información. Voy a dar un giro de 180º a los muchos “problemas” de Facebook (¡ya nadie dice problemas!) y compartiré un ejemplo positivo de cómo FB ayudó a los miembros de mi comunidad de Florida.
En febrero, di una clase en un centro de educación para adultos de la comunidad local y escuché una historia sobre un caso de fraude que sentí que tenía que compartir con otros, para advertirles. Así que publiqué el siguiente mensaje en la página de FB de la comunidad:
“Acabo de escuchar una historia real de un adulto mayor local (léase: alguien como nosotros) mientras daba una clase esta mañana. La información de la tarjeta de crédito de la persona fue pirateada recientemente por alguien que colocó un dispositivo de desnatado en una bomba de gasolina en una estación de servicio local dentro de las 4 millas de nuestra comunidad. La víctima solo tiene una tarjeta de crédito y ahora no tendrá acceso a ninguna tarjeta de crédito durante una semana más o menos hasta que llega una nueva tarjeta…”
Aquí hay 4 conclusiones para que todos las consideren:
- Considera pagar en efectivo por la gasolina. Siempre pago en efectivo la gasolina (para evitar posibles clonaciones) y en los restaurantes (para evitar meseros deshonestos que podrían robar tu número de cuenta -o sacarle una foto con el celular- y cometer robo de identidad). Nadie toca mi tarjeta de crédito excepto yo. Es una estrategia de reducción de riesgos.
- Si usas una tarjeta de crédito para pagar la gasolina, no pierdas nunca de vista el plástico. Y revisa el voucher de tu compra. He tenido malas experiencias en gasolineras que me han cobrado de más.
- Si usas una tarjeta de crédito para el combustible, mira si el despachador está identificado. En muchos establecimientos los despachadores llevan una placa con su nombre. Si notas cualquier irregularidad, eso te permitirá reclamar y dar datos de la persona que te atendió.
- Ten una segunda tarjeta de crédito, un “Plan B” en caso de que ocurran eventos inesperados como este.
Nuevamente, una historia real de un adulto mayor local de la que todos podemos aprender lecciones.
Después de esa publicación, los miembros de la comunidad compartieron consejos de precaución adicionales relacionados con las tarjetas de crédito y la seguridad en línea. No solo discutieron los dispositivos de clonación, sino también las estrategias de seguridad personal, RFID (identificación por radiofrecuencia) y las tarjetas de crédito “contactless” que muchos bancos ya expiden y que tienen el ícono que se usa para identificar Wi-Fi en ellas. También compartieron sus propios consejos y advertencias de fraude.
A continuación, se incluyen algunos ejemplos:
- Consejo para la tarjeta de crédito. Usamos una tarjeta de crédito solo para compras en línea, con un límite bajo. De esta manera, si el número de la tarjeta se ve comprometido, será fácil de detectar y las pérdidas serán mínimas.
- La mayoría de las tarjetas de crédito te permiten configurar alertas cuando la tarjeta se utiliza para una transacción por encima de un monto establecido. Tengo todos los míos configurados para notificarme de cualquier transacción superior a 1 centavo. Entonces, recibo un mensaje de texto cada vez que se usan mis tarjetas. Detuve transacciones fraudulentas de esta manera e inmediatamente me comuniqué con la compañía de la tarjeta de crédito.
- Si toca y pagas con tu tarjeta, utiliza una tecnología diferente. Algo que te permita no exponerte a fraudes y clonaciones (efectivo, transferencia, QR, etc).
- Ten cuidado al usar el cajero automático de tu banco también. Nuestra tarjeta de débito fue intervenida en nuestro propio banco. El cajero automático no está gestionado por el banco sino por un proveedor de servicios. Lección aprendida.
Las publicaciones de FB me recordaron a una discusión para un curso universitario en línea donde se espera que los estudiantes lean lo que sus compañeros han publicado y contribuyan con nueva información que agregue valor a la conversación. Sin embargo, en este caso, las publicaciones no estaban siendo calificados. En cambio, eran completamente orgánicas, positivas y útiles.
Facebook (y otras redes sociales) tiene el potencial de cumplir su promesa de conectar a las personas de manera positiva. Mi publicación inicial sobre el fraude con tarjetas de crédito es un ejemplo.