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Una confluencia de factores políticos y económicos está causando estragos en los precios de la gasolina, y en consecuencia, en las billeteras de los consumidores. Hay poco, en el corto plazo, que se pueda hacer para cambiar el precio de los combustibles. Sin embargo, hay maneras en que podemos reducir nuestro uso de gasolina. Reducir nuestro uso reduce nuestros costos.

1. Haz menos viajes

Reducir la cantidad de viajes que realizas es la forma más sencilla y obvia de reducir los costos de combustible. En México, desafortunadamente, el modelo de movilidad de nuestras ciudades ha apostado por el automóvil y el consumo de hidrocarburos. Tendemos a manejar mucho, quizás más de lo necesario. Una forma de gastar combustible es haciendo más viajes de los necesarios.

Por ejemplo, yo hago demasiados viajes al supermercado. Si planifico mis compras podré reducir viajes y por lo tanto mi consumo y lo que tengo que pagar por ello.

2. Planifica/Combina viajes

Planificar y combinar viajes puede suponerte un ahorro significativo de combustible. Trazar rutas para realizar tus actividades personales, familiares y profesionales te permitirá aprovechar el viaje para realizar muchas cosas que hechas por separado te supondrían un consumo mucho mayor.

Al planificar viajes, debes tener en cuenta dos factores:

Medir la cantidad de kilómetros que vas a recorrer y encontrar la combinación de rutas que resulten más eficientes. En general, es mejor un tramo más largo para iniciar el viaje que varios tramos cortos. Esto se debe a que, al calentarse el motor, el vehículo será más eficiente y el consumo más rentable para ti.

Otro aspecto importante a considerar es la densidad del tráfico en tu localidad. En muchas ocasiones, aunque tengas que recorrer más kilómetros es mejor tomar una ruta más larga si con ello te ahorras embotellamientos que te harán gastar más combustible por menos distancia recorrida.

3. Compartir tu auto

Compartir tu auto no es una opción para todos. A menudo pensamos en sacar provecho del “espacio vacío” en tu coche ofreciéndote a llevar contigo a personas que conoces y compartir viajes ya sea a la oficina o a las rutas escolares. Es una pena ver en la fila de madres formadas en sus coches en el circuito escolar cómo algunos niños literalmente se suben en coches vacíos. 

Ese no es el único uso del viaje compartido. Muchas personas pueden compartir viajes hacia y desde actividades extraescolares, o para viajar a destinos fuera de la ciudad. Puedes ponerte en contacto con otras madres o con compañeros o vecinos que se muevan por los mismos rumbos que tú y optimizar los traslados.

Sin embargo, como he mencionado, la opción de compartir tu auto, por muy prometedora que pueda parecerte para reducir tus costos de combustible no es para todos. Es importante tener al menos un punto de contacto significativo con quien viajas; y tener la certeza de que los términos en los que aceptas poner tu auto al servicio de otro o hacer uso de otro automóvil para tus traslados, es justo y no te supone una carga. Ni a ti ni a la persona que viaja o que comparte su espacio contigo. Empezar a compartir tus viajes con personas que conozcan y te inspiren un mínimo de confianza puede abrirte a una red más amplia. Prueba y valora tus ahorros.

4. Conduce más despacio y con mayor suavidad

Manejar al límite de velocidad o un poco por debajo generalmente te ahorrará mucho combustible en comparación con aquellos que ven en las calles y avenidas una pista de carreras.

Los automóviles funcionan de manera más eficiente en un rango de velocidad en su rango de velocidad más alto, pero no mucho más rápido que eso. Las marchas bajas no son eficientes; las altas velocidades tampoco son eficientes. Hay un punto óptimo que tiende a ser de 60 y 80 km/h, donde el rendimiento de la gasolina alcanza su punto máximo. La aceleración rápida desperdicia gasolina; arrancar y frenar cada tres metros también.

Evita las frenadas bruscas o las curvas rápidas; en general, evita cualquier cosa que consuma energía adicional.

Sin embargo, ten cuidado; no conduzcas tan despacio como para ser un peligro para ti y para los demás. Como me dijo mi padre cuando me enseñó a conducir: “…tanto en el jazz como al volante, hay que tener ritmo”. 

5. Evita los atascos y embotellamientos

Estar parado en un semáforo es una cosa. Estar en un atasco donde frenas y aceleras, frenas y aceleras es otra cosa. Evita situaciones en las que tengas que estar esperando avanzar en el coche con el motor en marcha. Esto puede requerir algo de planificación, pero puede marcar también la diferencia en el uso de combustible.

Muchos vehículos más nuevos tienen tecnología que los apaga cuando el auto se detiene por una cierta cantidad de minutos. No intentes replicar esto si tu vehículo no cuenta con esta función de serie. Apagar el coche en una zona de tráfico denso es un peligro para ti y para los demás.

6. Revisa tus llantas

Las llantas desinfladas son una gran pérdida de combustible. Y también son un peligro potencial para la seguridad. Controla periódicamente el inflado de tus neumáticos. Haz un mantenimiento preventivo de estos para mantener tu auto funcionando de manera eficiente. Eso puede marcar la diferencia.

35 libras para un sedan es adecuado y entre 37 y 38 para un 4×4 o una camioneta familiar.

7. Viaja más liviano

Llevar más cosas contigo conlleva un mayor gasto de energía, más combustible y más dinero.

A veces lo que sucede es que las cosas simplemente se acumulan en el coche sin que te des cuenta. Algunas quizás por conveniencia: tu caja de herramientas, esas bolsas de ropa que cada semana te haces el propósito de llevar a la casa hogar y nunca encuentras el momento. Piénsalo así: todo aquello que cargues en tu cajuela que no uses es un gasto. Si no lo necesitas, bájalo.

Elimina también todo aquello que te cause arrastre. La mayoría de los automóviles, especialmente las camionetas y los 4×4 cuentan con un portaequipajes encima del vehículo. Incluso algunos cuentan con pequeñas cabinas que duplican la capacidad de almacenaje del vehículo. Pero, si te supone un peso y no lo necesitas, vacíalo. Es un desperdicio de combustible.

Conclusión

Manejar menos y más eficientemente puede ayudarte a reducir la carga de unos costos de gasolina que es posible que se incrementen si las tensiones mundiales no se resuelven. Estas consideraciones no lograrán que un camión gaste lo mismo que un coche ultra compacto, pero podrás ahorrarte una cantidad importante de dinero vigilando estos aspectos.

A largo plazo, no sabemos qué pasará con los precios de la gasolina. Pero incluso si vuelven a bajar por un tiempo, eventualmente volverán a subir. No se trata de si llegaremos a pagar $25 0 $30 por litro de gasolina, sino cuándo.

Ahorrar dinero en combustible es similar a ahorrar dinero de otras maneras. Como en todo lo demás, prestar atención a tu forma de planificar los gastos es indispensable para obtener el máximo rendimiento de tu dinero.