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Hace unos años, cuando nuestra familia estaba de vacaciones de verano, tuve la fortuna de visitar el mercado local de agricultores en Frelighsburg, un pintoresco pueblo en el campo de Quebec. Me impresionó la belleza de la mesa de cada granjero llena de remolachas morada, col rizada, unas calabazas de verano perfectas y mucho más.
Era un mercado pequeño, con siete u ocho mesas que estaban exquisitamente dispuestas como si estuvieran esperando la visita de la Reina ese día. Hubo música en vivo y un pastelero de Cowansville impartió una clase de cocina para principiantes, cuisine les enfants, sobre cómo hacer pan fresco.
El cuidado puesto por cada agricultor para proporcionar no solo verduras, sino también una experiencia de verano completa para sus fieles compradores inspiró este artículo.
¿Cómo diseñaron e implementaron estos agricultores una puesta en escena tan espectacular? ¿Cómo la disposición de sus productos -su contenido- se parece al trabajo de escribir textos para nuestros negocios?
Días después estaba escribiendo para mi sitio web; miraba la computadora y, mientras tecleaba, revisaba y me atascaba, de pronto recordé mi visita a los agricultores y encontré la inspiración para crear un contenido precisamente a partir de las fotos de este mercado.
Por alguna razón, cuando estás leyendo el trabajo de otra persona, es más fácil ver el panorama general y tener una perspectiva holística del impacto general y ofrecer revisiones útiles que cuando es tu propio trabajo; al menos eso es cierto para mí.
Cuando estoy trabajando con un colega para desarrollar un pronóstico de flujo de efectivo para un cliente, ayudándole a desarrollar una campaña de correo electrónico para lanzar su último producto o sentada con mi hijo que tiene que escribir un informe sobre la vida de Martin Luther King Jr. ., puedo dar rápidamente algunas recomendaciones útiles para mejorar el resultado final. Sin embargo, cuando es mi propio trabajo el que necesita mejorar, necesito hacer el doble de esfuerzo
El proceso de perfección comienza después de crear una primera versión promedio.
Para superar el desafío de crear un gran contenido para una empresa, descubrí que necesito sacar la primera versión sin pensar demasiado y entonces tener algo sobre lo cuál pueda trabajar. Esto hace que el proceso se sienta más como una situación en la que estoy ayudando a otra persona y puedo separar mi ego del trabajo.
Una vez que tengo una primera versión promedio, puedo hacer mejoras siguiendo un proceso de seis pasos. Estos pasos me brindan una estructura para que pueda ser mi mejor revisora y trabajar de manera eficiente sin apresurarme, en lugar de quedarme atascado con una pantalla en blanco.
Paso 1: hay que dejar descansar el trabajo.
Debes darle espacio a tu cerebro antes de comenzar a editar para permitirte dejar de lado los detalles y reflexionar verdaderamente sobre el objetivo principal de tu trabajo.
Si comienzas a revisar demasiado pronto, es posible que no puedas cambiar tu perspectiva lo suficiente como para permitir que se te ocurran mejoras.
Paso 2: pregúntate si tu trabajo cumple con los objetivos generales
Si presentas tu trabajo tal como está, ¿serán evidentes la información y su objetivo general? Si deseas probar el punto, muéstrale tu trabajo a un colega de confianza y pregúntale su impresión y la idea principal que le quedó después de leerlo.
Paso 3: elimina la información superflua
Entrar en demasiados detalles de los hechos relacionados o mostrar cuadros y gráficos elaborados que se relacionen de manera tangencial con ese trabajo puede acabar ocultando la idea principal. Mantenlo simple para que puedas transmitir la esencia de lo que quieres.
Paso 4: Revisa tus contenidos
Organizar el contenido de tu proyecto es clave para el éxito; especialmente si hay mucha información que necesitas que alguien consuma en un corto período de tiempo.
Ayuda a tu audiencia tanto como sea posible eligiendo el tipo de documento apropiado (manuscrito, hoja de cálculo, presentación, modelo 3D, etc.) y formateándolo con encabezados, viñetas, subtítulos, colores, tipos de letra, flechas, gráficos, ¡todo lo que sea necesario para presentar la información en trozos del tamaño de un bocado que cualquiera pueda entender fácilmente!
Una vez que estés de nuevo frente a él, lee de nuevo para asegurarte de que el contenido muestre a la audiencia la información que quieres.
Ilustra el texto usando palabras o imágenes para generar los sentimientos que deseas que experimente tu audiencia.
Paso 5: Agrega campanas y silbatos
Ahora que has reelaborado tu contenido final y lo dejaste reposar un día, pon un moño en él. Proporciona una muestra o ejemplo para que sea atractivo. Piensa en algo que sorprenda a la audiencia para que tu contenido sea significativo para su vida y su trabajo.
Paso 6: Pregúntate: “¿Es digno de mi capacidad?”
Sabrás que has terminado cuando revises tu trabajo de arriba a abajo sin hacer cambios ni correcciones y te sientas muy entusiasmado con lo que has creado.
En este punto, tu trabajo estará listo para presentarlo y tú estarás completamente preparado para articular tus objetivos.
Tu escrito debe incluir tu propuesta de valor; exprésala de una manera sencilla. Y asegúrate de revisarla para tener la seguridad de que es fácil de entender.
Si al final del proceso te preguntas, “¿Es digno de mi capacidad?” y puedes responder afirmativamente, entonces habrás hecho muy bien tu trabajo.