Un plan es una hoja de ruta de cómo hacer que nuestras metas se conviertan en realidad. En otros artículos hemos hablado de la importancia de establecer metas financieras y priorizarlas. Ahora es el momento de determinar las acciones necesarias para llegar, desde donde estás hasta donde quieres estar. Un plan de acción efectivo es una serie de pasos que, si se logran, te llevarán a tu objetivo.
Hay una gran cantidad de recursos para ayudarte a transferir tu objetivo de futuro a las necesidades de ahorro que tienes en la actualidad. Ya no necesitas tener habilidades matemáticas sobresalientes para ver dónde te encuentras en relación con tus objetivos financieros.
Por ejemplo, las calculadoras financieras para metas como el ahorro para la jubilación y el pago de la deuda pueden hacer el trabajo por ti. Incluso te pueden ayudar a hacer cambios en tus creencias sobre el tema y ver el impacto que tienen.
Ten en cuenta que es posible que no estarás enfilado y en camino hacia tus objetivos financieros desde el principio. Esto lleva tiempo. A menudo tendrás que comenzar a trabajar en ellos y moverte gradualmente en esa dirección. Este es un proceso normal.
Es común tener más metas financieras, y casi siempre más grandes de las que podrías financiar con tus ingresos actuales.
Así como hay una serie de cosas que puedes hacer para ayudar a que tus objetivos sean significativos y realistas, hay cosas que puede hacer para aumentar la probabilidad de alcanzarlos con un plan financiero bien concebido y efectivo.
1.Escríbelo
Esto probablemente no sea noticia, pero todos podemos darnos un suave recordatorio: los planes escritos son mucho más efectivos que los no escritos. Especialmente para el caso de objetivos financieros necesitas tener un plan escrito. Esta será una valiosa ayuda para supervisar tus progresos.
2.Establece unos parámetros de rendición de cuentas
Hay una variedad de sistemas que puedes utilizar para rendirte cuentas a ti mismo. Una de las formas más simples y fáciles es compartir tus planes abiertamente.
Haz que tu compromiso con ese plan sea bien conocido. Permitir que otros sepan dónde estás parado y qué estás haciendo te obliga a ser responsable. La responsabilidad externa es un gran motivador.
4.Establecer un sistema de retroalimentación
Habrá factores externos (como cambios en la economía), así como cambios en tu situación personal que afectarán tus objetivos financieros.
Estos cambios pueden requerir revisar y ajustar tu plan para mantenerte en curso para lograr tus objetivos.
Un marco de tiempo exacto y la frecuencia de tus revisiones te permitirán encontrar un equilibrio entre que tus objetivos sean lejanos y se conviertan más en una carga que en una aspiración.
Para las metas financieras, debes revisar formalmente tu progreso al menos una vez al año para hacer los ajustes que requieran. Dicho esto, lo óptimo es revisar tus planes cada tres meses; una frecuencia mayor es probablemente innecesario e improductivo.
Naturalmente, considera hacer ajustes cuando surja algún cambio importante, pero no te estreses cambiando tus planes como loco. Las personas que persiguen rendimientos mayores cambiando con frecuencia de inversiones a menudo terminan con un rendimiento más bajo que aquellos que mantienen inversiones de calidad durante períodos más largos.
Una reflexión final
Genial, ahora tienes un plan de acción sólido. Pero hay algunas cosas en las que deberíamos profundizar un poco más. ¡Estén atentos a un nuevo artículo sobre impuestos y seguros!