Divorcio: planifica tu nueva vida y tu economía (2)

Pedir el divorcio nunca es una decisión fácil. Una vez que la hayas tomado, hay una serie de consideraciones que hacen que el proceso sea mental, emocional y monetariamente agotador. Como discutimos en la primera parte de este tema, sobre cómo prepararse para el divorcio, se debe considerar la cantidad de dinero que costará, los ingresos que deben reemplazarse y los cambios financieros y los sacrificios que deberán hacerse.

Después de solicitar el divorcio, debes pasar de la preparación o la contemplación a la acción.

Tener la orientación adecuada, la resiliencia y la capacidad de dejar ir puede ayudarte cuando inicies el viaje por una montaña rusa de emociones y dificultades.

Es importante contratar a un abogado de confianza, un contador y un asesor financiero durante el proceso. Especialmente porque muchas de las decisiones que deben tomarse durante un divorcio tienen ramificaciones legales y financieras a largo plazo. Hablar con alguien que sepa lo que es importante para ti, además de conocer estrategias legales, fiscales y de inversión, puede ayudarte a aumentar tu tranquilidad durante este momento estresante.

Lisa Y. Wilson, consejera profesional, recomienda incluir en el presupuesto los costos de la terapia que tanto tú como tus hijos puedan necesitar después del divorcio. Una terapia de grupo puede ser una opción más rentable si hacer terapia individual no está en tu presupuesto. La terapia de grupo puede costar unos $200.00 por sesión en lugar de los $600.00 que un terapeuta individual pueda cobrarte.

Cuidar tu crédito

Cuando las parejas se pelean por el dinero, los activos y los pasivos, es fácil dejar de pagar las cuentas para vengarse de la otra parte. La mejor manera de proteger tu crédito es seguir pagando cualquier factura que afecte tu crédito personal. A los acreedores no les importa que tu matrimonio no haya funcionado. Pagar tus cuentas a tiempo y mantener tu deuda baja te beneficiará a largo plazo. No te arrepentirás de mantener tu buen crédito, pero te arrepentirás de perderlo solo para vengarte de tu ex cónyuge.

División de activos

“Lo que es mío es tuyo y lo que es tuyo es mío” ya no es el caso. Y dependiendo de cuánto duró el matrimonio, puede ser difícil recordar qué pertenece a quién. Haga una lista de todos los activos que poseen juntos usando un inventario financiero. Anota las cosas que son indiscutiblemente tuyas. Por ejemplo, si llegaste al matrimonio con una casa o un negocio, márcalo como tuyo. Esto no quiere decir que no tendrás que renunciar a algunas cosas en la negociación; esto es solo para que tenga claro lo que posee.

Una vez que sepas lo que posees y lo que probablemente sea tuyo, ordénalos por importancia. Cuando llegue el momento de negociar, necesitarás saber a qué estás dispuesto a ceder más fácilmente.

No vale la pena luchar por algunas cosas, mientras que por otras sí. Ten clara la diferencia.

Los activos de tu jubilación pueden ser difíciles de negociar, especialmente si un pareja optó por renunciar a su carrera en favor de cuidar de la familia y no trabajar fuera de casa durante el matrimonio. Tu pareja no puede tener bienes de jubilación y puede tener derecho a una parte de los bienes del cónyuge que sí trabajó fuera de la casa.

Plan financiero

En algún momento, deberás ajustar tu plan financiero, y cuanto antes lo hagas, mejor. Con nuevas metas financieras por delante, el enfoque puede cambiar respecto a lo que originalmente consideraste. Continúa financiando tus objetivos tanto como te sea posible. Recuerda que no tienes que gastar todos tus activos en abogados: la negociación y la mediación son alternativas excelentes y de menor costo que los litigios.

Un divorcio de mutuo acuerdo puede costar entre $5,000.00 y $10,000.00 en el extremo inferior; si por el contrario hay pleito, los costos pueden incrementarse hasta en un 200%, dice Kelley Linn, fundadora de Transitions Resources. Linn sugiere que las parejas deberían comenzar por contratar abogados para negociar primero. Luego, si eso no funciona, pasar a la mediación. Si no pueden resolver, pasen al litigio, pero no comience allí.

Cuanto más largo sea el divorcio, más gravoso puede ser para tu salud financiera y mental. Suma el costo, la pérdida y divídelo entre dos, luego multiplícalo por 10, porque a menudo es así como se siente. Impulsar el divorcio es más que ajustar cuentas: se trata de la nueva vida que se deseas crear.

Aquí algunas páginas web que puede interesarte consultar: