Cuando tu relación con el dinero se rompe, puede parecer que estás atrapado en un ciclo interminable de desesperación repetida. Ocasionalmente, se asoma un rayo de esperanza, solo para ser devuelto a su lugar por la próxima crisis financiera. Así es como funcionan las relaciones rotas: se repiten una y otra vez. Nada cambia si nada cambia.

Si permaneces en una relación rota con el dinero, recuerda que el dinero no va a ser el que cambia. Y es imposible cortar tu relación por completo con el dinero. Acéptalo: vas a tener una relación con el dinero, lo quieras o no. Si esa relación se desintegra, eres tú el único que puede arreglarla.

Los síntomas de una relación mala con el dinero

Un síntoma importante de una mala relación con el dinero es que tus problemas financieros se repiten. El miedo a los asuntos financieros impide que muchas personas hagan los ajustes necesarios para un cambio real. A veces es simplemente el miedo a las matemáticas involucradas. La ilusión en muchas malas relaciones es que de alguna manera el futuro será mejor; de alguna manera el dolor no se repetirá. Esto a pesar de la historia de repetición sin fin.

La confianza también puede ser un obstáculo para el cambio. Las personas a menudo permanecen en el mismo ciclo porque no saben en quién confiar, en qué confiar o a dónde acudir.

A veces, la ilusión no es que las cosas vayan a mejorar necesariamente, sino que no pueden empeorar. Entonces la realidad vuelve a mostrar que ha sido una creencia falsa.

Si te encuentras en un patrón repetitivo de problemas de dinero, le tienes miedo a los asuntos financieros y no sabes cuál debería ser tu próximo paso financiero, entonces tienes una mala relación con el dinero.

Cómo cambiar tu relación con el dinero

No abordar el problema de una mala relación monetaria conducirá inevitablemente a una peor situación financiera. Entonces, ¿cómo puedes volver a encarrilarte? Hay algunos pasos que debes seguir.

1. Reconoce el problema

Es casi imposible solucionar un problema que niegas tener. Tienes que reconocerlo. Lo interesante es que probablemente tu problema no está tan bien escondido de los demás como piensas. Los verdaderos amigos no juzgarán ni condenarán, y hay un valor terapéutico en ser honesto con ellos acerca de tu situación.

Al igual que con otras malas relaciones, puede ser necesario anteponer el intelecto a la emoción. El cambio proviene de alterar nuestro comportamiento. Cambiar nuestros sentimientos puede esperar.

A tu dinero no le importa cómo te sientes. Ésa es la fría y dura verdad. El dinero es así.

En situaciones graves, puede ser necesario buscar ayuda profesional. A veces, los problemas de dinero son síntoma de otros problemas. A veces un terapeuta financiero o un entrenador puede ayudarte a erradicar la base del problema.

También ayuda tener una idea clara de tu actitud hacia tus finanzas. Descubrirás que muchas nociones preconcebidas y barreras que pueden haber impedido una relación saludable con el dinero en el pasado pueden eliminarse mediante el uso de algunas reglas y sistemas básicos para regular tu comportamiento financiero de manera positiva.

2. Planificar y priorizar

El éxito financiero no es un objetivo aleatorio. Tampoco el objetivo financiero de otra persona es necesariamente apropiado para ti. Tienes tus propias metas, objetivos y planes únicos. Solo tú estás especialmente calificado para elegir la dirección de tu vida financiera. Usando el plan financiero de otra persona no te dará lo que quieres ni te motivará.

Los planes a largo plazo son esenciales para establecer una hoja de ruta financiera, mientras que los planes a corto plazo son esenciales para la toma de decisiones del día a día y son la raíz de la motivación a largo plazo. Los éxitos logrados a corto plazo alimentan la esperanza y la creencia de que el éxito a largo plazo es posible. Y es fundamental priorizar estos planes a corto plazo.

Si tu barco financiero se está hundiendo, debes tapar los agujeros. Pero no cualquier agujero.

Debes evaluar la situación y determinar qué debes hacer para mantenerte a flote. Entonces puedes trabajar para mejorar la conducción. Hay crisis que abordar y medidas que deben tomarse para prevenir más crisis. Ambos tienen que suceder en orden.

3. Encuentra sistemas de apoyo

Hay muchas opciones para los sistemas de apoyo. Vivir en una relación monetaria dañada puede ser increíblemente difícil. También es fácil volver a caer en esa relación poco saludable volviéndonos complacientes en nuestros esfuerzos por redefinirla.

El apoyo puede ser tan simple como ser abierto y honesto con un amigo de confianza o algún otro socio responsable. O puede implicar solicitar la ayuda de un grupo o un profesional. El progreso es más fácil cuando no llevas la carga solo.

4. Define tu mentalidad: guerrero o víctima

El guerrero financiero y la víctima financiera son extremos opuestos del mismo espectro. Uno se mantiene erguido y controla el resultado de cada situación. El otro permite que su situación dicte el resultado. Es tan simple como eso. Los dos extremos del espectro están definidos

Cuando tu relación con el dinero se rompe, puede parecer que estás atrapado en un ciclo interminable de desesperación repetida. Ocasionalmente, se asoma un rayo de esperanza, solo para ser devuelto a su lugar por la próxima crisis financiera. Así es como funcionan las relaciones rotas: se repiten una y otra vez. Nada cambia si nada cambia.

Si permaneces en una relación rota con el dinero, recuerda que el dinero no va a ser el que cambia. Y es imposible cortar tu relación por completo con el dinero. Acéptalo: vas a tener una relación con el dinero, lo quieras o no. Si esa relación se desintegra, eres tú el único que puede arreglarla.

Los síntomas de una relación mala con el dinero

Un síntoma importante de una mala relación con el dinero es que tus problemas financieros se repiten. El miedo a los asuntos financieros impide que muchas personas hagan los ajustes necesarios para un cambio real. A veces es simplemente el miedo a las matemáticas involucradas. La ilusión en muchas malas relaciones es que de alguna manera el futuro será mejor; de alguna manera el dolor no se repetirá. Esto a pesar de la historia de repetición sin fin.

La confianza también puede ser un obstáculo para el cambio. Las personas a menudo permanecen en el mismo ciclo porque no saben en quién confiar, en qué confiar o a dónde acudir.

A veces, la ilusión no es que las cosas vayan a mejorar necesariamente, sino que no pueden empeorar. Entonces la realidad vuelve a mostrar que ha sido una creencia falsa.

Si te encuentras en un patrón repetitivo de problemas de dinero, le tienes miedo a los asuntos financieros y no sabes cuál debería ser tu próximo paso financiero, entonces tienes una mala relación con el dinero.

Cómo cambiar tu relación con el dinero

No abordar el problema de una mala relación monetaria conducirá inevitablemente a una peor situación financiera. Entonces, ¿cómo puedes volver a encarrilarte? Hay algunos pasos que debes seguir.

1. Reconoce el problema

Es casi imposible solucionar un problema que niegas tener. Tienes que reconocerlo. Lo interesante es que probablemente tu problema no está tan bien escondido de los demás como piensas. Los verdaderos amigos no juzgarán ni condenarán, y hay un valor terapéutico en ser honesto con ellos acerca de tu situación.

Al igual que con otras malas relaciones, puede ser necesario anteponer el intelecto a la emoción. El cambio proviene de alterar nuestro comportamiento. Cambiar nuestros sentimientos puede esperar.

A tu dinero no le importa cómo te sientes. Ésa es la fría y dura verdad. El dinero es así.

En situaciones graves, puede ser necesario buscar ayuda profesional. A veces, los problemas de dinero son síntoma de otros problemas. A veces un terapeuta financiero o un entrenador puede ayudarte a erradicar la base del problema.

También ayuda tener una idea clara de tu actitud hacia tus finanzas. Descubrirás que muchas nociones preconcebidas y barreras que pueden haber impedido una relación saludable con el dinero en el pasado pueden eliminarse mediante el uso de algunas reglas y sistemas básicos para regular tu comportamiento financiero de manera positiva.

2. Planificar y priorizar

El éxito financiero no es un objetivo aleatorio. Tampoco el objetivo financiero de otra persona es necesariamente apropiado para ti. Tienes tus propias metas, objetivos y planes únicos. Solo tú estás especialmente calificado para elegir la dirección de tu vida financiera. Usando el plan financiero de otra persona no te dará lo que quieres ni te motivará.

Los planes a largo plazo son esenciales para establecer una hoja de ruta financiera, mientras que los planes a corto plazo son esenciales para la toma de decisiones del día a día y son la raíz de la motivación a largo plazo. Los éxitos logrados a corto plazo alimentan la esperanza y la creencia de que el éxito a largo plazo es posible. Y es fundamental priorizar estos planes a corto plazo.

Si tu barco financiero se está hundiendo, debes tapar los agujeros. Pero no cualquier agujero.

Debes evaluar la situación y determinar qué debes hacer para mantenerte a flote. Entonces puedes trabajar para mejorar la conducción. Hay crisis que abordar y medidas que deben tomarse para prevenir más crisis. Ambos tienen que suceder en orden.

3. Encuentra sistemas de apoyo

Hay muchas opciones para los sistemas de apoyo. Vivir en una relación monetaria dañada puede ser increíblemente difícil. También es fácil volver a caer en esa relación poco saludable volviéndonos complacientes en nuestros esfuerzos por redefinirla.

El apoyo puede ser tan simple como ser abierto y honesto con un amigo de confianza o algún otro socio responsable. O puede implicar solicitar la ayuda de un grupo o un profesional. El progreso es más fácil cuando no llevas la carga solo.

4. Define tu mentalidad: guerrero o víctima

El guerrero financiero y la víctima financiera son extremos opuestos del mismo espectro. Uno se mantiene erguido y controla el resultado de cada situación. El otro permite que su situación dicte el resultado. Es tan simple como eso. Los dos extremos del espectro están definidos por diferentes comportamientos.

No es necesario ser siempre el guerrero, pero es necesario no ser la víctima. Puedes convertirte en el guerrero si así lo deseas. O puedes alquilar uno. No necesitas saberlo todo, pero sí necesitas saber lo suficiente para actuar intencionalmente con tu dinero y aprender lo que no sabes o externalizarlo .

Pasos a seguir después de cambiar tu relación con el dinero

Una vez que hayas salido de la situación de crisis de vivir en una relación rota con el dinero, puede resultar útil dar un paso atrás y reevaluar tu situación. También puede ser muy beneficioso pasar un rato tranquilo poniéndote en contacto con quién eres financieramente y qué quieres de tu relación monetaria. Nunca más tendrás que ceder el control de tu destino financiero.

Puedes elegir ser el guerrero. O simplemente puedes optar por dar algunos pasos en esa dirección. Está bien. Las pequeñas acciones, tomadas de forma acumulativa, pueden lograr cualquier cosa.

Pasos a seguir después de cambiar tu relación con el dinero

Una vez que hayas salido de la situación de crisis de vivir en una relación rota con el dinero, puede resultar útil dar un paso atrás y reevaluar tu situación. También puede ser muy beneficioso pasar un rato tranquilo poniéndote en contacto con quién eres financieramente y qué quieres de tu relación monetaria. Nunca más tendrás que ceder el control de tu destino financiero.

Puedes elegir ser el guerrero. O simplemente puedes optar por dar algunos pasos en esa dirección. Está bien. Las pequeñas acciones, tomadas de forma acumulativa, pueden lograr cualquier cosa.