Nuestros hábitos
Nuestros hábitos pueden abarcar toda la gama de temas. Incluso aquellas personas que son completamente ambivalentes hacia los asuntos financieros tienen algún tipo de hábito financiero (incluso contra de su voluntad). Mientras tanto, otros realizan análisis hasta la extenuación. Para ellos, ningún asunto es demasiado pequeño para un examen excesivo. Ninguno de estos extremos es saludable.
Curiosamente, es probable que ambos extremos se basen en la misma emoción: el miedo. Si bien el miedo puede ser un gran motivador, también puede ser un gran paralizador. Algunas personas optan por no hacer nada cuando se enfrentan al miedo, quizás porque no creen tener una solución.
Pasando de estos extremos, podemos ver que muchas personas tienen hábitos de dinero que están tan arraigados que rara vez se piensa en ellos. Estos pueden ser hábitos relacionados con presupuestos, balanceo de chequeras, seguimiento de gastos y ahorro. Si eres una de las muchas personas que guardan el cambio de sus compras y sus monedas, eso es un hábito financiero.
Muchas de estas rutinas son benéficas. Las actividades habituales relacionadas con la planificación, el seguimiento y la elaboración de presupuestos nos ayudan a comprender y gestionar nuestros asuntos financieros. Otros hábitos pueden parecer benignos, pero tienen efectos perjudiciales a largo plazo.
Obviamente, ignorar los asuntos financieros de uno, ya sea por miedo u otras razones, solo pueden causar problemas en el futuro. Pero los efectos nocivos de los hábitos financieros negativos, tales como la mala gestión de la deuda, el gasto excesivo y la procrastinación en cuestiones financieras también pueden acumularse lentamente con el tiempo.
Los buenos hábitos financieros como la elaboración de presupuestos, el seguimiento y la planificación a largo plazo pueden muy bien sacar a la luz estos hábitos negativos para que puedan abordarse. En ausencia de buenos hábitos, los negativos se enconan como una enfermedad; a menudo se convierten en problemas importantes antes de que se diagnostiquen.
Buenos hábitos de dinero: crear un pilar financiero
La buena noticia es que podemos elegir. Podemos seleccionar qué hábitos de dinero se convierten en la piedra angular sobre la cuál construir un futuro financiero saludable.
Si eres diligente en el seguimiento de tus presupuestos, tendrás siempre clara tu posición financiera. Por lo tanto, temas como una gran deuda, deberían permanecer fuera de nuestro horizonte.
El simple seguimiento de los gastos, es decir, nuestro presupuesto en retrospectiva, también hará sonar las alarmas antes de que surjan problemas importantes. Establecer un plan y llevar a cabo un monitoreo detallado semanal o quincenal es una garantía de que mantengas sanas tus cuentas.
Los buenos hábitos financieros como estos tienen algo en común: todos implican cierto grado de control activo de tu actividad financiera. Este es el elemento clave para establecer hábitos financieros básicos.
Cuando se coloca una piedra angular para un edificio nuevo, se coloca con mucho cuidado. Es la primera piedra puesta, y todas las demás se ponen de alrededor de ella. Determina la orientación del edificio. Un hábito de dinero sirve de manera similar como base para fincar finanzas sanas.
Si eres un planificador cuidadoso y sabes hacer presupuestos, es probable que construyas una casa financiera sólida.
En cambio, si eres desordenado con tus actividades financieras diarias, entonces tu futuro financiero será más incierto.
Reflexiones finales sobre cómo iniciar buenos hábitos
Sin duda, como profesional financiero, defiendo ser diligente en la planificación y el seguimiento de nuestros asuntos financieros. En este aspecto, cualquier esfuerzo es mejor que ninguno.
Incluso el hábito de hacer una pausa antes de cada gasto menor para considerar su importancia puede marcar una gran diferencia. No creo que la frugalidad sea necesariamente una buena meta, pero gastar con un abandono imprudente tampoco generará riqueza real.
Quizás no seas un aficionado financiero al “Hágalo-usted-mismo”. Pero si es tu caso, mejor contrata un asesor financiero.
El hábito engendra hábito. Ser consciente de tus actividades financieras te llevará a una mejor toma de decisiones financieras. Los buenos hábitos de dinero, incluso los pequeños, suman. Comienza seleccionando un hábito fundamental, ya sea presupuesto, planificación o seguimiento, lo que te funcione mejor. Y a partir de ahí, comienza a construir el futuro financiero que deseas.