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Fui a la universidad para estudiar la historia de mi país. Y, antes de que preguntes “¿Y qué se puede hacer con un título en historia?”, debo confesar que en ese momento mi único objetivo era aprender todo lo que pudiera sobre el pasado de mi nación para convertirme algún día en curadora de un museo o en maestra de historia.

Así me veía a mí misma: Catherine Alford y sus seis compañeros trabajando en el museo en Richmond, Virginia, por ejemplo.

Mientras estaba en la universidad, tomé cursos sobre estudios de género, historia pública, historia de la cultura y mucho más.

Pasé horas trabajando gratuitamente como becaria o pasante en museos, construyendo incansablemente mi currículum profesional. Eventualmente, obtuve un codiciado trabajo como historiadora e intérprete para el Servicio de Parques Nacionales.

Con eso en mente, es una sorpresa (incluso para mí) que en estos días me gane la vida como escritora financiera. Toda mi trayectoria profesional ha cambiado. Ahora paso todos los días pensando en presupuestos, contabilidad, clientes y en administrar un negocio exitoso.

Hace mucho tiempo que no pienso en las guerras de mi país, a pesar de que fui entrenada durante toda mi trayectoria como estudiante para hacer precisamente eso. 

Las habilidades que aprendí con mi título en historia

¿Me arrepiento de haber ido a la Facultad de Filosofía y Letras y haber estudiado historia? Nunca.

Eso no significa que haya sido fácil llegar a dónde estoy hoy en mi carrera. Definitivamente ha sido un proceso llegar a este punto.

Aquellos que estudian humanidades generalmente enfrentan una curva de ingresos más pronunciada e incierta que sus pares en los campos de la ciencia y la tecnología. Si bien las artes y las humanidades cotizan a la baja en sus salarios, la satisfacción personal que brindan es inversamente proporcional a la de muchas otras profesiones.

El secreto mejor guardado de las humanidades radica en que la literatura, la historia, las letras clásicas o la filosofía, aportan una serie de herramientas críticas y un conocimiento muy vasto e interdisciplinario; ambas cosas, indispensables para entender el mundo de hoy.

Sin ninguna duda, mi título en historia me proporcionó habilidades esenciales que han sido y son fundamentales en mi éxito profesional actual.

1. Habilidades avanzadas de comprensión lectora y de escritura

Si hay algo para lo que cualquier carrera de humanidades te prepara es para leer y escribir. Mientras estuve en la universidad, tuve que escribir cientos de ensayos y reseñas. Y mi promedio mínimo de libros leídos por semana era de entre uno y dos, dependiendo del avance del semestre y la complejidad de las materias que cursara. Tuve que leer, comprender y digerir complejos artículos académicos sobre teoría histórica para poder después escribir sobre ellos. 

Mi tiempo en la escuela me entrenó para ser el tipo de escritora que soy hoy.

Los trabajos escolares me prepararon para cumplir con los plazos. Además, el hecho de que tuviera que esforzarme constantemente durante la noche para terminar documentos sobre una multitud de temas es fundamental en la actualidad para aprender a equilibrar las demandas de mis diferentes clientes.

2. Experiencia de investigación

Un gran problema con los artículos en línea y los blogs es que las personas a menudo copian y pegan cualquier información sin citar o verificar las fuentes de la información y su veracidad. Esto conduce a una tonelada de información errónea y mentiras que no hacen sino empeorar cuando llegan a las redes sociales. Quizás estés familiarizado con el término “fake news”.

Mi experiencia en historia me ha enseñado a evitar repetir información de publicaciones engañosas o citar autores que no estén a la altura de los estándares periodísticos actuales. En la escuela me inculcaron la disciplina de verificar dos y hasta tres veces mis fuentes. Aprendí cómo investigar correctamente, cómo profundizar en los estudios para encontrar las estadísticas y la información correctas, y cómo transmitir un resumen preciso a mis lectores.

3. Curiosidad por el mundo

Este es quizás el aprendizaje más grande e importante de mis estudios.

La palabra “historia” proviene de la palabra griega historia, que significa “descubrir”. Los historiadores, por naturaleza, cuestionamos todo. No podemos evitar profundizar incluso en las cosas más banales.

A veces, la historiadora que hay en mí se da cuenta del estado lamentable de la información que existe sobre finanzas personales. Podría comenzar escribiendo sobre cómo usar las tarjetas de crédito, y continuar por ahí investigando hasta encontrar, por ejemplo, cuándo se emitió la primera tarjeta de crédito.

A menudo termino descubriendo más sobre un tema de lo que hubiera pensado al comienzo de un artículo.

Esto, a su vez, es una fuente inagotable de ideas para historias futuras. Mi impulso por saber más, inevitablemente, me convierte en una mejor escritora y en una profesional más competitiva.

¿Por qué un título en humanidades? Los pros y los contras

Obtener un título en humanidades es una experiencia muy gratificante. Pero no está en absoluto exenta de dificultades; la primera, encontrar un trabajo después de graduarte. Encuestamos a profesionales con títulos en humanidades en una gran variedad de campos para descubrir tanto los inconvenientes como los beneficios de obtener un título de historia, literatura, arte o filosofía. Estos son algunos de nuestros hallazgos:

1. Aumenta la creatividad

“Si no hubiera asistido a una escuela de humanidades, no habría estado expuesta a numerosos temas que despertaron mi creatividad”, dice la inversionista y profesional de bienes raíces Kylie Pak, copropietaria de RedBrick Properties.

“Si bien no uso el conocimiento adquirido de mi educación en humanidades en mi trabajo diario, diría que mi educación desempeñó un papel importante en la creación de la persona en la que me he convertido dentro y fuera de mi carrera profesional”.

2. Escrutinio de los compañeros

“Es como si tuviera que demostrar constantemente que mi formación y mi título son tan valiosos como los de cualquier otra persona”, dice la consultora legal Melissa McKinney de The Hive Law. “En algún punto del camino, alguien decidió que tener un título en algo que disfrutas significaba que estabas tirando el dinero a menos que pudieras demostrar que tenías algún tipo de plan o trabajo en mente”.

3. Comprensión multifacética del trabajo

“Como profesional de marketing, tengo la tarea constante de investigar y redactar proyectos que se basan en las habilidades adquiridas gracias a mi formación profesional”, dice el estratega de marketing Andrew Clark de Duckpin.

“Para desarrollarlos, debo investigar qué temas son relevantes, cuáles tienen potencial  y cuáles contribuirán al éxito y los resultados de la empresa. Asimismo, la cultura general que he adquirido como graduado en humanidades me preparó para relacionarme con una variedad de personas de diferentes orígenes”.

4. Potencial de ingresos incierto

“Descubrí, a lo largo de los años, que si bien las humanidades te brindan el beneficio de tener mucha flexibilidad laboral, la posibilidad de ganar sueldos bien remunerados como los de profesionales de la administración de empresas, el marketing o la contabilidad, son escasas”, dice Jaclyn Johnston, autora y dueña de su propia empresa.

¿Qué hacer con un título de humanidades? Conclusión.

En resumen, no me arrepiento de haber obtenido mi título. Es más, me siento muy orgullosa de él. 

Es cierto que estudiar negocios o finanzas podría haberme ayudado a ganar más dinero; a comprender los temas más difíciles sobre los que ocasionalmente escribo. Pero mi experiencia en historia me da la capacidad de encontrar las respuestas y escribir sobre ellas de una manera emocionante y comprensible; la capacidad de que mis lectores las vean desde otra perspectiva. 

Esto es muy importante: no debes permitir que la presión social de obtener un título altamente especializado te impida obtener un título en algo como historia, literatura o filosofía si eso es lo que enciende tu pasión.

“Muchas personas sienten que un título en humanidades no está enfocado y no es adecuado para tener éxito en una carrera profesional o comercial; eso es totalmente falso”, dice el ex maestro y actual asesor profesional Richard Williamson.

“Un título en artes o en humanidades requiere que los estudiantes tengan una amplia base de conocimientos y la capacidad de investigar sobre una variedad de temas”, agrega Williamson. “La habilidad para explicar ideas complejas forma parte del entrenamiento de las humanidades, y esa habilidad aprendida es muy valorada actualmente y enriquece cualquier profesión”.

Williamson dice que tu título en humanidades te brindará una ventaja clave sobre aquellos que toman la decisión temprana de enfocarse exclusivamente en un tema especializado. “Como ejecutivo de marketing, encuentro excepcionalmente difícil encontrar trabajadores que puedan comunicarse por escrito utilizando la gramática y el lenguaje adecuados”, agrega.

Mi trayectoria profesional ha significado un camino muchas veces arduo y difícil económicamente hablando. No me ha sido fácil labrarme un porvenir y cuando trabajaba en el Servicio de Parques Nacionales jamás imaginé que pudiera prosperar como afortunadamente lo he hecho. A veces extraño estudiar y aprender sobre historia, pero en muchos sentidos, sé que esa inquietud por conocer es una chispa que vive dentro de mí y que nunca me abandonará.

Una última nota: muchas de las personas públicas que admiramos y respetamos por su trabajo, éxito y capacidad de innovación han estudiado una carrera de humanidades. Te doy algunos nombres: Susan Wojcicki, creadora de Youtube, estudio historia y letras inglesas; Pável Dúrov, fundador de Telegram, estudio filología; Kázui Hiráe, ex CEO de Sony, estudió humanidades, entre muchos otros.