Después de seis meses de búsqueda de casa, mi pareja y yo finalmente encontramos la que encajaba con nuestra lista de deseos. Estaba en una zona inmejorable; tenía tres dormitorios, dos baños y medio y un garaje; y sí, era asequible. Pero necesitaba algunas reparaciones.

La casa, construida en 2001, necesitaba varias intervenciones. Los pisos de madera de abajo se habían botado y no había forma de que la alfombra de arriba se quedara en su lugar. El propietario anterior tenía un pintor terrible, y había muchos puntos en las paredes que necesitaban retoques.

El perito indicó toda una lista de composturas necesarias, incluida una ventana rota. También queríamos cambiar las luminarias y elevar los tocadores del baño para hacerlos más accesibles.

Las citas con los contratistas eran aterradoras. La cotización promedio fue de aproximadamente    $120,000 pesos, sin incluir más de $50,000 pesos en materiales, básicamente madera, azulejos y escalones.

Se nos ocurrió que mucho de ese trabajo podríamos hacerlo nosotros. ¿Qué tan difícil podría ser? Poco sabíamos, ¡pero aprenderíamos mucho en el proceso!

1.Los pisos

Los pisos de una madera durísima en el piso inferior, incluido el baño, estaban en mal estado debido a varias averías en la instalación hidráulica; es más: tanto en las puertas exteriores como en el baño de la planta baja, el daño era tremendo por la fuga de uno de los inodoros. Esta madera, lo supimos entonces, no podía repararse. Había que reemplazarla.

El cuñado de mi pareja, ex-contratista, se ofreció a hacer los pisos como un regalo. Estábamos encantados. Pero pensamos que todo lo que él podía hacer, también podíamos hacerlo nosotros. Nuestro entusiasmo e Internet nos dieron la guía que necesitábamos. También fuimos a una tienda local que ofrecía clases gratuitas sobre la colocación de pisos y baldosas de madera.

Mi cuñado hizo la parte más complicada de los pisos, como cortar las esquinas; pero yo mismo me encargué de alicatar dos baños y el área de lavandería.

El piso tuvo que desprenderse primero, ya que el anterior estaba pegado firmemente a los cimientos. Tuvimos que llamar a unos tipos muy rudos que pasaron dos días haciendo palanca en el suelo. Se necesitaron siete días para terminar todo el piso.

2.Las murallas

Decidimos no hacer nada de la pintura nosotros mismos. No queríamos estar cerca de los vapores de la pintura, especialmente porque mi mujer estaba embarazada. Contratamos a un pintor para pintar tanto el interior como el exterior, y también arregló la podredumbre de la madera en varios lugares. Nuestro costo por la pintura, y algunas otras cosas que le pedimos, terminó siendo de casi $35,000 pesos.

3.Los baños

Los tocadores en los baños de arriba eran un estándar de 27 pulgadas, pero se sentían cortos. Gracias a algunos tutoriales encontramos la forma de adaptarlos a lo que necesitábamos por menos de $10,000 pesos. Al principio yo era escéptico sobre cómo podríamos quitar la encimera, pero el resultado fue genial. Nuestro pintor dijo más tarde que no eran seguros y que los arreglaría. Lo que pensamos fue: de acuerdo, no somos perfectos.

Reflexiones finales

Finalmente, el trabajo quedó terminado cuatro semanas después de mudarnos. Nuestra cuenta de ahorros quedó vacía, pero estábamos contentos con lo que hicimos nosotros mismos. Todavía hay mucho que aprender. Accidentalmente volamos un fusible cuando intentamos instalar un nuevo termostato, por lo que tuvimos que llamar a un electricista y luego a un técnico especialista.

Pero la factura del contratista simplemente era inasumible. Nuestro ahorro final fue de casi $80,000 pesos. También aprendí sobre plomería básica, cableado, pisos y baldosas, habilidades que sé que me serán útiles a medida que avancemos como propietarios.

Aun así, el trabajo aún no ha terminado. Seguimos encontrando proyectos para hacer dentro y alrededor de la casa.

Como cualquier propietario que se adentra en el mundo de las reparaciones, a veces es divertido y a veces no lo es. Al final de nuestra cuarta semana, el dolor de cuerpo era insoportable. Me dolían las rodillas y la espalda, y todos estábamos cubiertos de cortes y rasguños. Sin embargo, valió la pena, teniendo en cuenta cuánto ahorramos y cuánto mejor estaremos en ello más adelante.

No estoy seguro de cuánto se ha apreciado el valor la casa después de todas nuestras reparaciones, pero solo por saberlo, estoy tentado a contratar un avalúo.