¿Por dónde empiezo?

Javier conocía bien las reglas del retiro: ahorrar lo suficiente para llevar una jubilación digna y tranquila. Decidió empezar a ahorrar en cuanto terminara de pagar el préstamo de su auto. Al poco tiempo decidió casarse y tuvo que posponer sus planes de ahorro. Vinieron los hijos, y con ello un sinfín de gastos. Cuando los hijos terminaron la universidad, Javier se dio cuenta que su jubilación se acercaba y no contaba con suficientes ahorros para su retiro. ¿Cuál es la moraleja? Nunca habrá un momento en el que no necesites o quieras cosas, por lo tanto, el ahorro para el retiro debe ser un esfuerzo consciente y disciplinado.

Si eres joven, probablemente ves el retiro como algo lejano, pero el tiempo corre y es mejor estar preparados.

¿Cómo puedes ahorrar para tu retiro en México?

Los pasos a seguir son sencillos, pero se requiere verdadera disposición y disciplina. A continuación te presentamos un par de estadísticas alarmantes sobre la poca cultura de ahorro para el retiro en nuestro país.

¿Qué es la Afore?

 Es una institución bancaria que administra los fondos de ahorro para el retiro de los trabajadores de ISSSTE y de IMSS. En ella,  tanto patrón como empleado realizan aportaciones. El Afore reside en instituciones privadas y tú eres libre de elegir la que te ofrezca una mejor propuesta de rendimientos y beneficios.

 Se pudiera especular que, por falta de confianza, o por ineficiencia, los mexicanos optan por otros medios -distintos al Afore -para preparar para su retiro, sin embargo, la evidencia nos indica lo contrario.

 Te presentamos la manera más sencilla y eficaz de ahorrar para tu jubilación, sin depender únicamente de tu Afore o de tu pensión salarial.

  1. Conoce la situación pensionaria que te corresponde. La Ley Laboral mexicana es cambiante; lo que aplicaba para trabajadores de cierta generación es posible que no aplique para ti. Recordemos que las pensiones son resultado de las aportaciones contemporáneas de los trabajadores. Si la tasa de natalidad en México disminuyera drásticamente, las aportaciones de esa generación probablemente no alcanzarían a cubrir las necesidades de los pensionados. Antes de asumir cualquier cosa, verifica tu situación pensionaria y las condiciones de tu retiro. Por ejemplo, averigua el número de semanas que tienes cotizadas y las que el IMSS te exige para pensionarte.
  1. Administra tus recursos. Este punto es de vital importancia. Todos estamos de acuerdo con el dicho de “manejar bien nuestro dinero.” Sin embargo, pocos tenemos una noción exacta de dónde terminan nuestros ingresos. Un estudio de la Condusef reveló que 79.5% de los adultos en México no lleva un registro de sus gastos; es decir que no tienen un presupuesto familiar. Asimismo, casi la mitad de los mexicanos gastan más de lo que ingresan al mes. Hay muchas maneras de hacer un presupuesto; en internet encontrarás un sinfín de plantillas -desde las más sencillas hasta las más complejas- para llevar un control de tus gasto. Puedes iniciar con algo básico:
  •         Ingresos netos + (Sueldo, comisiones, otros ingresos)
  •         Gastos fijos – (Luz, renta, colegiaturas, pagos a créditos, etc.)
  •         Gastos variables – (Ropa, vacaciones, servicios médicos, etc.)

Una vez que conozcas exactamente las cifras de cada rubro, podrás iniciar una planeación o presupuesto familiar, que incluya un rubro adicional para el ahorro.

  1. ¿Cuánto debo ahorrar? Aquí viene un truco. Existe una creencia que el ahorro es la parte que nos “sobra” después de nuestros gastos fijos y variables. Basándonos en esa premisa resulta casi imposible ahorrar, puesto que, como el ejemplo inicial lo ilustró, siempre habrá algo en lo que queramos gastar nuestro dinero (y que en el momento nos resulte “urgente”). El porcentaje de ahorro depende de varios factores, por ejemplo, la tasa de interés con la que se ahorra. En algunos países europeos como España se calcula que el punto óptimo de ahorro es el 18.2% sobre el ingreso. En los países latinoamericanos, un porcentaje aceptable puede rondar entre el 10% y 15%. 
  1. ¿Qué pasa si no puedo cubrir el 10% como meta? Supongamos que planeas tu presupuesto y al hacer los números te das cuenta que es imposible que ahorres un 10% de tus ingresos al mes. Tienes varias opciones.
  •         Ajustar tus gastos. Probablemente será difícil reducir gastos fijos como la luz o la renta. Estos gastos, además, lo normal es que vayan al alza. Sin embargo, el rubro de gastos variables es un área de oportunidad. Analiza tus gastos “hormiga” -comer fuera de casa, cine, compras pequeñas pero no programadas -y hazte el propósito de eliminarlos o reducirlos.
  •         Aumentar ingresos. El internet ofrece hoy en día infinidad de opciones para crear ingresos adicionales aparte de tu sueldo fijo. De igual manera las comisiones, el activo pasivo, las inversiones, y otros rubros, pueden aumentar tu capital generado al mes.
  •         Reduce tu porcentaje meta de ahorro. Si las dos opciones anteriores te resultan imposibles de lograr, el último recurso debe ser reducir tu meta de ahorro. Establece una meta realista con la que te sientas te sientas cómodo y tranquilo.

 

La constancia en el ahorro es la clave.

En lugar de proponerte metas demasiado ambiciosas que te hagan fracasar y desanimarte, empieza de manera modesta, pero constante. En un mundo donde la gratificación inmediata se nos vende 24/7 por todos los medios, es difícil concebir un concepto como “ahorrar para después.”

Sé disciplinado, aprende a disfrutar la frugalidad y tus esfuerzos serán recompensados con un retiro tranquilo, y feliz para ti y tu familia.