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Si estás leyendo esto, es muy probable que hayas comenzado tu propio negocio o que te estés preparando para hacerlo. ¡Felicidades! Como probablemente ya has descubierto, hay muchas piezas móviles en la creación de una nueva empresa, muchas de las cuales son completamente ajenas.
Uno de estos elementos, los asuntos legales, casi siempre caen al final de la lista de nuevos emprendedores. Pero descuidar lo básico puede tener consecuencias devastadoras en el futuro. Echemos un vistazo a algunas áreas que las startups a menudo pasan por alto o manejan mal y cómo puedes evitar caer en los mismos errores de las empresas pequeñas.
1. Seleccionar la estructura empresarial incorrecta
La formación de una entidad corporativa suele ser uno de los primeros pasos que dan las nuevas empresas. Es importante tener algún tipo de estructura para limitar tu responsabilidad personal y ayudar a mantener los ingresos y gastos comerciales separados de los tuyos.
Hay varias estructuras corporativas disponibles para ti, pero las más comunes son la PFAE (persona física con actividad empresarial) o las SA de CV (sociedades anónimas de capital variable). Cada uno de estos tiene ventajas y desventajas. La entidad que tiene más sentido para tu negocio dependerá de la estructura de propiedad, las posibles implicaciones fiscales y cómo deseas hacer crecer el negocio.
La elección de la estructura incorrecta generalmente se puede solucionar, aunque podrías perder dinero de impuestos u otras tarifas antes de que puedas corregirlo. Y hay ciertos problemas que son más difíciles de desenredar. Por ejemplo, existen ciertos requisitos de residencia para los accionistas de una SA de CV
Finalmente, la mayoría de los estados requieren presentaciones periódicas para mantener activa una entidad.
La falta de presentación, o una presentación tardía, puede generar cargos por demora o incluso la pérdida de tu negocio.
Por todas estas razones, es imperativo trabajar con un abogado y un contador para establecer tu negocio y asegurarte de que comprendas lo que debes hacer para mantenerlo al día.
2. No tener condiciones de servicio o política de privacidad
No tener términos de servicio o política de privacidad en su sitio web o aplicación móvil puede generar una multitud de problemas. Los términos de servicio rigen la forma en que los clientes tratan con su sitio web o servicio y, por lo general, cubren cuestiones importantes y problemáticas, como facturación, políticas de uso del sitio y propiedad de la propiedad intelectual de los clientes.
Su política de privacidad establece los tipos de datos que recopila de los clientes y cómo usa esos datos. Esta es un área cada vez más tensa dadas las recientes noticias de privacidad de alto perfil y a la luz de las nuevas reglas generales de protección de datos de la Unión Europea (GDPR). Es importante asegurarte de que tu sitio divulgue la mayor cantidad de información posible sobre los datos personales de tus usuarios y de que cumplas con las leyes estadounidenses y extranjeras pertinentes, especialmente si quieres operar o exportar tus bienes o servicios fuera del país.
3. No hacer que los miembros del equipo firmen contratos
A medida que tu negocio comience a crecer, tendrás contratistas independientes y, potencialmente, empleados que trabajen en proyectos. Estas relaciones a menudo comienzan de manera bastante informal. Sin embargo, no lograr que tus miembros de equipo firmen al menos acuerdos básicos puede generar grandes dolores de cabeza en el futuro.
Como mínimo, los miembros del equipo deben firmar acuerdos de no divulgación y acuerdos de cesión de invención. Estos documentos garantizan que tu equipo no utilice tus ideas para sus propios fines (ni las llevará a un competidor) y que tu tengas la propiedad total de cualquier producto de trabajo que produzcan para ti. Tus empleados y consultores casi no tienen ningún incentivo para aceptar estos términos después de los hechos, por lo que es imperativo que firmen documentos claros y completos cuando comiencen a trabajar para ti.
Los empleados crean más trabajo para ti que los contratistas, ya que tendrás que preocuparte por los impuestos, seguros, nómina y otras cuestiones. Y no creas que puedes evitar todo esto simplemente llamando a un trabajador “contratista”. Las leyes y regulaciones federales establecen una variedad de factores que determinan si un trabajador es un empleado o no, y las sanciones por clasificación errónea pueden ser elevadas.
4. No proteger tu propiedad intelectual
Casi todas las empresas tienen al menos algo de propiedad intelectual que deben proteger. Para muchas empresas, esta propiedad intelectual constituye la columna vertebral de su producto.
Por ejemplo, ¿dónde estaría Uber sin su aplicación móvil y la infraestructura que la sustenta?
Si tu producto se basa en software patentado u otra propiedad intelectual, puede tener sentido considerar patentar o proteger tu tecnología. Incluso si tu negocio no involucra tecnología patentada, casi siempre es una buena idea registrar tu marca, tanto para evitar que otros operen bajo nombres que podrían ser confusamente similares o como para asegurarte de no infringir inadvertidamente la marca registrada de otra empresa.
Muchas empresas postergan la protección de su propiedad intelectual, a menudo porque piensan que es demasiado caro o que no es una prioridad. Esto puede ser cierto para ciertas patentes, pero las marcas registradas y los derechos de autor son relativamente económicos. Además, son mucho más baratos que tener que cambiar tu nombre o iniciar una acción por infracción en el futuro.
Otros errores que deben evitar en las empresas pequeñas
Lo anterior no es de ninguna manera una lista exhaustiva de los problemas legales que enfrentan las nuevas empresas. De hecho, la ley a menudo puede parecer un monstruo de pesadilla. ¡Cortas una cabeza y dos vuelven a crecer en su lugar!
Los asuntos legales pueden ser abrumadores, por eso es importante encontrar un abogado con quién se sienta cómodo y con experiencia en ayudar a empresas como la tuya. También harías bien en encontrar un contador que pueda ayudar con los impuestos y las finanzas, y dependiendo de tu modelo de negocio, es posible que también se necesiten otros profesionales.
La buena noticia es que una vez que encuentres un equipo de asesores que te guste, ellos deberían poder ayudarte a eliminar los problemas legales y financieros de tu plato para que puedas volver a hacer lo que amas, y tal vez incluso ganar un poco de dinero en el camino.