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Estamos atravesando en todo el mundo un período de inflación que nadie sabe cuándo terminará . Después de al menos una o dos décadas de niveles de inflación relativamente benignos (un solo dígito), las condiciones post pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania han trazado nuevas condiciones económicas. La Reserva Federal de Estados Unidos, que es la referencia de nuestro Banco de México a la hora de aplicar medidas anti-inflacionarias, tenía como objetivo para este año una tasa de inflación del 2% anual; la Reserva, al igual que muchas de las instituciones financieras que controlan la economía mundial, habían hecho un muy buen trabajo. Hasta ahora.
Siendo realistas, no hay un final claro a la vista. Desde una perspectiva práctica, sabemos que los pequeños pasos que dé la Reserva Federal, junto con algunos otros factores locales en cada país (en este caso en México), eventualmente nos llevarán de vuelta a un nivel tolerable de inflación.
Sin embargo, es un hecho que la forma en que cada uno de nosotros vive la inflación no es exactamente la misma para todos. La forma en que la inflación nos afecta personalmente depende de la situación personal de cada uno. No todos los bienes y servicios aumentan de precio al mismo ritmo; algunos aumentan mucho y otros menos. El impacto de la inflación depende de la mezcla final de tus hábitos de consumo. Por ejemplo, alguien que necesita conducir mucho, se ve más afectado que alguien que no, porque los precios de la gasolina han aumentado más que otros precios durante este período inflacionario. Esa diferencia puede agravarse aún mas si el coche que conduces no es eficiente.
Entonces, cuando escuches que “…los precios subieron un 7% más durante el año pasado”, quizás tengas claro que eso es así, o no, si tu consumo de esos productos no es habitual. Eso dependerá de tu situación. Y en resumen significa que tu experiencia de la inflación está conectada con las decisiones financieras que hayas tomado en el pasado. Eso nos lleva a la gran lección de la inflación: lo mas básico importa.
Por qué lo básico importa
La inflación es un factor que reduce tu ingreso real. Tu ingreso real es una medida de los bienes y servicios que puedes comprar con tu ingreso, ajustado por la inflación. Cuando los precios de los bienes y servicios aumentan, puedes comprar menos, lo que significa que tus ingresos reales se reducen. En tiempos “normales” las empresas diseñan sus estrategias de precios tomando en cuenta el nivel de salarios; los consumidores tienen que poder pagar por los artículos que necesitan con el dinero que ganan. Estas estrategias de precio permiten que el nivel de ingreso real se mantenga a lo largo del tiempo. Es por eso que una inflación del 2 o 3%, si bien no beneficia el nivel de ingresos real, permite que el juego salario-precios se mantenga a lo largo del tiempo.
Los conceptos básicos del bienestar financiero nos ayudan a trabajar dentro de las limitaciones de nuestros ingresos reales. Necesitamos vivir dentro de nuestras posibilidades, invertir para producir retornos reales y no tomar riesgos innecesarios. Todos estos conceptos básicos entran en la forma en que nos afecta la inflación.
Vivir…
…dentro de tus posibilidades. Vivir dentro de tus posibilidades es un fundamento financiero básico. Vivir dentro de tus posibilidades es no tener un estilo de vida u otros gastos que sean excesivos para tus ingresos. Vivir dentro de tus posibilidades hace que sea más fácil absorber los impactos financieros, como el aumento acelerado de los precios.
Las personas que viven por encima de sus posibilidades están sobrecargadas (a menudo utilizan el crédito para financiar su estilo de vida) y no tienen espacio para absorber ningún aumento.
Aquellos que viven dentro de sus medios aún sienten los impactos negativos de la inflación, pero no les causa la cantidad de estrés o dificultades que trae a aquellos que viven más allá de sus medios.
Invierte para producir rendimientos
La tasa de rendimiento real es la medida del rendimiento de tu inversión, ajustado por inflación. Solo cuando tus inversiones obtienen rendimientos superiores a la tasa de inflación, entonces aumenta tu poder adquisitivo. Esa es la intención de invertir: que tu dinero puedan comprar más en el futuro de lo que puedes comprar hoy.
Las inversiones de capital pueden experimentar algunos rendimientos débiles o negativos durante los períodos de inflación superior a la normal.
Pero al final, la historia prueba que todo se ajusta. Las empresas pueden tener algunos desafíos para adaptarse a los cambios en los costos y mantener sus ganancias durante un período de cambio, pero la mayoría se ajusta y los precios de las acciones tienden a ponerse al día.
Si eres inversionista considera activos que crezcan a una tasa mayor que la inflación. Las inversiones que antes del 2022 estaban por debajo de la inflación no van a mejorar.
Lo fundamental es invertir para vencer la inflación. Ahora y siempre.
No tomes riesgos innecesarios
Es indispensable cierto grado de riesgo; el futuro es siempre incierto. El exceso de riesgo, sin embargo, nunca es necesario.
El éxito financiero es el resultado de múltiples decisiones. Decisiones sobre dónde trabajar y dónde vivir; qué auto conducir, qué comer, en qué gastar y cuánto ahorrar. Todas estas decisiones, en su conjunto, nos llevan a donde estamos hoy.
El exceso de riesgo surge cuando no sopesamos los posibles resultados negativos. Considera una pareja que estaba buscando comprar un coche nuevo antes de esta drástica subida en los niveles de inflación. Ella quería una camioneta grande que, desafortunadamente, consume mucha gasolina; él, un sedán, muy práctico y de bajo consumo. El resultado de cualquiera que haya sido la decisión, tiene un impacto (positivo o negativo) hoy. Una camioneta de alto consumo los matará con la cuenta mensual de gasolina; un sedán los obligará a pagar más gasolina de la que tenían considerada, pero seguramente el gasto será mas asumible que un vehículo de alto consumo.
Cuando consideramos cosas como el costo futuro de la gasolina, tendemos a ser demasiado optimistas. Un mejor enfoque es considerar la posibilidad de mayores incrementos en los costos. Por ejemplo, sabemos que la gasolina eventualmente puede llegar a $25.00 por litro y quizás hasta $27.00 porque es el costo real, amortizado hoy por los estímulos fiscales que el gobierno aplica; lo que no sabemos es cuándo. Si consideramos cómo podrían afectarnos dichos precios, es más probable que podamos tomar una mejor decisión financiera en función de nuestras propias circunstancias. Si tenemos que manejar mucho quizás es mejor idea comprar un vehículo pequeño. Si trabajamos desde la casa y salimos poco, quizás podamos absorber el costo de una camioneta. Pero hagamos lo que hagamos, que sea una decisión informada sobre las posibles consecuencias.
Mi conclusión
Todos tomamos decisiones financieras todos los días. Esas decisiones siempre tienen consecuencias. Si nos mantenemos dentro del ámbito de vivir dentro de nuestras posibilidades y tomamos decisiones financieras prudentes, los eventos adversos en el mundo tendrán menos impacto negativo en nosotros que si estamos sobrecargados y gastando un dinero que no tenemos.
No existe un bien general que provenga de una alta inflación. La gente sufrirá por precios más altos, menor poder adquisitivo y oportunidades perdidas. El grado en que nos veremos afectados negativamente está determinado, al menos en parte, por las decisiones financieras que tomamos en el pasado. Es probable que aquellos que prestaron atención a lo básico sufriremos menos las consecuencias. No importa dónde te encuentres, volver a los conceptos básicos puede ayudarte a capear la tormenta y estar mejor preparado para lo que venga a continuación.