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Hasta hace muy poco, aquellos de nosotros que teníamos la suerte de tener dinero invertido en el mercado de valores nos sentíamos muy bien con los saldos de nuestras cuentas en expansión. 2021 fue para la Bolsa Mexicana de Valores un año de recuperación. Las cifras indican que el año que recién ha terminado ha sido el mejor en ganancias y operaciones desde 2009.
Tras la crisis del 2008, cuando las bolsas de todo el mundo comenzaron a recuperarse se recuperó también la mala costumbre de presumir las buenas rachas. Algunos idiotas fueron tan lejos que proclamaron en las redes sociales que habían obtenido ganancias millonarias para la jubilación. Otros que no habían invertido en años decidieron unirse a la fiesta (demasiado tarde) por temor a perder el barco hacia la nueva riqueza.
Pero ese barco de repente se metió en problemas. El mercado de valores tuvo varias caídas, una en febrero de 2019 y nuevamente en marzo de 2020, tras la llegada del COVID-19. Trillones de dólares de riqueza aniquilados durante uno de los paseos en montaña rusa más violentos en la historia del mercado.
Eso es lo que llamamos volatilidad del mercado.
¿Qué causa la volatilidad del mercado?
El mercado de valores refleja las esperanzas y temores colectivos de los inversionistas individuales , grandes y pequeños, ricos y no tan ricos. Si los inversionistas son optimistas, lo más probable es que el mercado rinda bien; pero si esperamos la llegada del fin del mundo…te puedes hacer una idea.
¿Qué es lo que impulsa realmente la volatilidad del mercado? Los inversionistas se fijan en tres aspectos: ganancias y pérdidas corporativas, tasas de interés y eventos geopolíticos.
Cuando los inversionistas comienzan a perder la confianza y se vuelven más temerosos, los más reacios al riesgo comienzan a vender.
Y eso puede convertirse en una bola de nieve que arrastra a todos cuesta abajo.
La física detrás
A todos nos encanta la emoción de ver crecer los saldos de nuestras cuentas mes tras mes, año tras año. Esperamos eso, con la expectativa adicional de que quizás habrá algunas pequeñas caídas intrascendentes en el camino.
Pero cuando el mercado cae dramáticamente y con frecuencia, entonces tenemos volatilidad: la desviación de lo que esperan los inversionistas del mercado de valores (crecimiento). Cuando la volatilidad se afianza, como sucedió este año, generalmente aumenta antes de disminuir.
Piensa en una cuerda de guitarra que vibra: inicialmente, después de un buen punteo, la oscilación es fuerte y rápida. Pero eventualmente la vibración se detendrá.
Afortunadamente, los grandes cerebros que manejan el mercado tienen formas de minimizar la volatilidad cuando se activa.
¿Podemos medir la volatilidad?
Los grandes cerebros financieros crearon el índice de volatilidad de la bolsa de opciones de la junta de Chicago, comúnmente llamado VIX, para medir los niveles de ansiedad o miedo del mercado de valores.
El funcionamiento del VIX es un poco complicado, así que trataré de explicarlo de manera simple. Existe un mercado bursátil secundario en el que algunos inversionistas (básicamente abejas ocupadas, muy ricas y sofisticadas) pueden ganar dinero rápidamente haciendo apuestas arriesgadas u “opciones” sobre si ciertas acciones subirán o explotarán en precio. El VIX básicamente predice el comportamiento de estos inversionistas de “opciones” durante los próximos 12 meses.
¿Cómo deben actuar los inversionistas cuando los golpea la volatilidad?
En primer lugar, los inversionistas deben estar preparados para episodios de volatilidad. Son un hecho de la vida. Eso significa que deben diversificar o invertir su dinero, ya sea para la jubilación, la educación universitaria de sus hijos o ese viaje a Costa Rica, en cosas diferentes, como acciones de empresas grandes y pequeñas y bonos emitidos por gobiernos y corporaciones.
Y en tiempos de volatilidad, lo mejor es mantener la calma y continuar. Ten en cuenta que la mayoría de los episodios de volatilidad son de corta duración.
Una postura inteligente si tienes los medios es invertir regularmente y navegar por los altibajos del mercado.
No te desesperes. Como dice el dicho: “…quien tiene paciencia obtendrá lo que desea” (es decir , invertir y ganar a largo plazo).
¿Puede la volatilidad del mercado ser algo bueno?
Por supuesto. Esto es lo que se llama una oportunidad de compra. Cuando el mercado de valores cae y los precios de las acciones se vuelven más baratos, está claro que puedes comprar una mayor cantidad de acciones que te interesen a precios más bajos.
De hecho, esto es exactamente lo que hice hace 11 años durante la llamada “Crisis de las sub-prime’s”, cuando el mercado de valores colapsó con fuerza y billones de dólares de riqueza se desvanecieron entre septiembre de 2008 y marzo de 2009.
Aquello fue volatilidad con esteroides. Pero incluso en ese momento de tanta incertidumbre, nunca entré en pánico.
Seguí comprando cuando pude. No me malinterpreten: esos eran tiempos muy angustiosos. Ver cómo se reducían los saldos de mi cuenta era deprimente. Pero sabía en mi corazón que el mercado volvería, y lo hizo.
Reflexiones finales
La volatilidad del mercado es, como se dice, “un rollo”. Perder dinero fastidia. Pero en lugar de ver la volatilidad como una maldición, mírala como una oportunidad. Nos mantiene honestos. Es una bofetada fría en la cara cuando nos estamos volviendo arrogantes y complacientes. Es un recordatorio de que el lado racional del cerebro, no nuestros instintos reactivos, puede y debe dirigir el espectáculo.
Todos aprendamos una lección de la volatilidad del mercado de valores de este año y tengamos en cuenta que el mercado no es la economía. Así que espero que hayas mantenido la calma, comprado acciones y no hayas corrido a un refugio nuclear.