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Su cónyuge e hijos seguro son las mayores alegrías del mundo, pero ¿no te estresas un poco cuando se trata de planificar las finanzas familiares en caso de un giro inesperado de la vida?
Nunca se sabe cuándo una lesión repentina podrá requerir una visita al médico, o si tu cónyuge sufrirá un despido en medio de una crisis económica. En el peor de los casos, ¿qué pasaría si tú o tu cónyuge fallecieran inesperadamente? Tal vez hayas considerado todas estas situaciones, pero ¿has hecho algo para prepararte para ellas?
Seamos realistas: tener una familia es una gran responsabilidad financiera. De hecho, de acuerdo con la Revista del Consumidor, criar a un hijo en una familia nuclear puede llegar a costar más de 2 millones de pesos.
Cada uno necesita establecer sus prioridades en temas financieros, pero si tienes una familia, hay algunos elementos que no puedes permitirte pasar por alto. Estos son algunos de los pasos que puedes tomar para mantener financieramente sólida a tu familia sin importar lo que la vida traiga para ustedes.
1- Tener un Fondo de Emergencia
Los asesores financieros generalmente recomiendan que se tenga suficiente dinero en efectivo en un fondo de emergencia para cubrir de tres a seis meses de gastos de subsistencia. Para algunas familias que ya tienen un presupuesto ajustado, esto puede parecer imposible. Sin embargo, un poco de dinero en un fondo de emergencia es mejor que un fondo de emergencia inexistente.
Si no tienes un fondo de emergencia, comienza uno hoy. Asegúrate de tener tu fondo de emergencia en una cuenta a la que puedas acceder de manera fácil e inmediata si es necesario.
Por ejemplo, una cuenta de ahorros es una buena opción porque no te penaliza el retiro de efectivo. Aunque las cuentas de ahorro permiten un fácil acceso a su dinero, pagan muy pocos intereses. Puedes considerar poner algo de dinero en una cuenta de ahorros para uso inmediato y agregar el saldo a una cuenta del mercado monetario o un certificado de depósito.
Asegúrate de preguntar sobre la penalización por retiro anticipado o requisitos de saldo mínimo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que con ciertas cuentas de ahorro o inversiones, estos costos por retiro anticipado pueden ser muy elevados.
Abrir una cuenta en el mercado de dinero también es una gran opción, pero generalmente requiere un saldo mínimo más alto para evitar comisiones por mantenimiento, por lo que si estás comenzando con un saldo pequeño, es posible que desees evitar esto.
Como familia, determinen cuánto dinero pueden, razonablemente, ahorrar cada semana. Luego, deposítalo de manera automática en la cuenta del fondo de emergencia, al igual que tus ahorros para la jubilación.
Muchos empleadores permiten que la nómina se divida en diferentes cuentas. Si tu empleador no te ofrece esta facilidad, es probable que puedas configurar estas asignaciones a través de tu portal de banca en línea. Dormirás más tranquilo sabiendo que tienes algo de dinero reservado para cualquier situación.
2- Asegúrate de tener tu deuda bajo control
¿Qué significa tener tu deuda bajo control? Después de todo, tener deudas no tiene nada de malo (aunque podría ).
Comprender los diferentes tipos de deuda y administrarlos de manera efectiva es una parte crítica de una planificación familiar reflexiva.
Un buen tipo de deuda, por ejemplo, es una hipoteca. Tomar un préstamo del banco para comprar una casa es una decisión fiscalmente responsable, pues a pesar de que una hipoteca es una deuda de un monto importante, ella te permite proporcionarle refugio a tu familia. Mientras tanto, tu propiedad aumenta de valor, de modo que, si finalmente la vendes, habrás ganado dinero.
Por supuesto, también hay otros tipos de deuda. Dependiendo del tipo de deuda y las diferentes tasas de interés, existen algunos métodos para administrarla. Es importante investigar tu deuda y evaluar la forma más efectiva y eficiente de pagarla de manera oportuna.
Otra parte esencial del control de la deuda es apegarte a un presupuesto razonable.
En otras palabras: encarrila tus finanzas antes de hacer preparativos para hacer crecer a tu familia.
3- Adquiere un seguro de vida
Si hay alguien en tu vida que dependa financieramente de ti, necesitas un seguro de vida. Si algo te sucede, tu familia o tu pareja sufrirían no solo emocionalmente, sino también financieramente, agravando el estrés de lo que ya sería un evento traumático.
Afortunadamente, obtener una póliza es asequible y fácil.
El seguro de vida a término proporciona una capa adicional de protección para las finanzas de tu familia y es más barato de lo que podrías pensar; desafortunadamente en México, más del 70% de las personas no piensa en la prevención, de acuerdo con un estudio de la Universidad del Valle de México.
Si eres relativamente joven (30 años) y saludable, puedes conseguir un seguro de vida a un costo relativamente bajo. Obviamente, las primas varían de persona a persona ( riesgo, edad, sexo y otros factores que determinan el pago mensual que tengas que realizar).
4- Considera un seguro de discapacidad
Más allá de planificar un improbable fallecimiento, debes pensar también en la posibilidad de que una lesión significativa o un accidente te impidan volver a trabajar. Hazte la siguiente pregunta: si estuvieras gravemente herido y no pudieras ir a trabajar, ¿tu familia sufriría económicamente sin la estabilidad que tus ingresos le proporcionan?
Sin tu nómina, ¿podría tu cónyuge mantenerse al día con la hipoteca, las compras, los gastos escolares de los niños, los pagos del automóvil y las facturas de la tarjeta de crédito?
La respuesta para más del 70% de los mexicanos es: NO. El IMSS tiene considerados distintos esquemas de protección para sus asegurados. Igualmente, tu AFORE te brinda también un apoyo en caso de incapacidad laboral permanente. Y muchos seguros de gastos médicos mayores han incluido cláusulas de protección en caso de que, como resultado de una enfermedad o un accidente, no estés capacitado para volver a trabajar.
Acude a un ejecutivo de seguros y estudia todas tus opciones. Es importante tener un plan para garantizar que, en caso de un evento catastrófico, puedas mantener la estabilidad de tu familia.
5- Tener un testamento vital
Un testamento vital estipula tu voluntad sobre las decisiones y actuaciones médicas que autorizas para que te apliquen en el desafortunado caso de que te encuentres en una situación en la que no puedas decidir por ti mismo.
Esto puede incluir declaraciones sobre tu decisión de rechazar la reanimación por una lesión o enfermedad que ha llegado a cierto punto, o tus preferencias sobre medicamentos para mitigar el dolor o decisiones sobre la donación de órganos.
En otras palabras, tener un testamento vital le brindará a tu familia una orientación médica y la tranquilidad de que están honrando tus decisiones.
Este tipo de planificación es valiosa porque protege a tu familia de tomar decisiones potencialmente difíciles y para las que muy pocos están capacitados en momentos emocionalmente agotadores.
Hacer arreglos para un testamento vital puede sonarte exagerado, pero protege a las familias en momentos de gran dolor e incertidumbre. Un notario puede apoyarte en la redacción y trámite de un testamento vital.
6- Revisa tus beneficiarios
¿Ya tienes seguro de vida? Tal vez lo adquiriste en un momento en el que tu juventud te permitía acceder a tarifas económicas.
Si ese es el caso, es probable que debas revisar tu lista de beneficiarios y el monto con el cuál los favoreces. Después de eventos importantes de la vida (matrimonios, nacimientos, compras de vivienda, cambios de trabajo, etc.), es importante revisar tu seguro de vida para asegurarte de que aún se ajusta a tu situación de vida.
Mantener a tus beneficiarios actualizados es extremadamente importante. Por ejemplo, un divorcio es una circunstancia que definitivamente tiene un impacto en tu lista de beneficiarios. La política de las aseguradoras suele ser que los menores de edad no pueden incluirse en la lista de tu seguro de vida, por lo que deberás, o bien acordar estos detalles con tu ex-cónyuge, o bien designar a tus padres o alguno de tus hermanos para asumir la responsabilidad de administrar este fondo en tu nombre para protección de tus hijos.
Tomar medidas en respuesta a cambios importantes en la vida, como el divorcio y/o un nuevo matrimonio, garantiza que tu dinero llegue a su destinatario previsto. Además, mantener en orden estos asuntos protegerá las finanzas de tu familia de cualquier litigio o arbitraje en relación a tu testamento.
7- Además de tu AFORE, considera contratar un plan de pensiones privado.
Si eres un empleado asalariado es obligación de tu empleador de inscribirte en una AFORE o bien de realizar los depósitos correspondientes en la AFORE que hayas contratado. Pero, si eres un trabajador por tu cuenta o simplemente deseas incrementar tus opciones de bienestar en la edad de jubilación, acércate a tu aseguradora y pregunta por un plan privado. No se trata solo de que cuentes con los recursos para cubrir tus necesidades de salud siendo adulto mayor, sino que tengas los medios para disfrutar del fruto de tantos años de trabajo.
Cuanto más joven seas y más constante seas con tus contribuciones, mayor será el capital que ahorres y el beneficio que obtengas de él. Un plan privado y tu AFORE te permitirán diversificar tu cartera y ampliar tus alternativas.
Si tu esquema de trabajo siempre ha sido como freelancer o recientemente te has convertido en un trabajador independiente es posible que dudes de si puedes con la responsabilidad de ser constante en el pago de un plan de pensiones. En ese caso, te recomendamos que te des de alta en el Seguro Social con la cuota mínima y contrates una AFORE. Este esquema, incluso el más básico, te permitirá establecer las bases para contar con un colchón el día que te jubiles. Que no tengas un empleador no significa que no puedas crear un fondo de retiro por tu cuenta.
De cualquier forma, abrir y contribuir mensualmente a un fondo de retiro garantiza tu estabilidad financiera futura sin crear presión y gastos adicionales para tu familia.
8- Considera crear un fideicomiso para la educación de tus hijos.
La decisión de qué estudiar profesionalmente es algo muy importante en la vida de la familia y cuando ese momento llegue, querrás estar preparado para que todas las alternativas estén abiertas para ellos y que la elección de qué y donde estudiar no esté condicionada por tu situación financiera. Un seguro educativo o un fideicomiso para tus hijos puede ser una opción inteligente que te permitirá capitalizar un fondo importante para que ellos dispongan de él en el momento en que lo necesiten.
Un fideicomiso se conforma de tres partes: un otorgante establece el mecanismo y lo dota de recursos en efectivo o propiedades que lo garanticen; un beneficiario los recibe de acuerdo con las condiciones que el otorgante establece para tal efecto. Y por último, un fiduciario se encarga de administrar y, si así se establece, hacer crecer ese fondo por medio de operaciones intermedias dentro del plazo establecido para que el beneficiario reciba los recursos del fideicomiso. Como se trata de un instrumento jurídico necesitas la intervención de una institución financiera que actúe como fiduciaria y de un notario o abogado que estructure las condiciones del acuerdo. Tu banco puede asesorarte para abrir uno.
Un seguro educativo entra dentro de la esfera de tu aseguradora. Los montos mensuales de las aportaciones se calculan de la misma forma que cualquier otro seguro y también pueden establecerse unas condiciones de cumplimiento para garantizar que efectivamente los recursos que ahí se acumulan sirvan para financiar la educación de tus hijos.
9- Presupuesto para un bebé
Si estás pensando hacer crecer la familia necesitas un fondo. Dado que el costo de la atención para los bebés es asombrosamente alto, y parece aumentar cada año, es importante que los futuros padres hagan un plan para fortalecer las finanzas de su familia para sostener los gastos de cuidado infantil.
Antes de tener un bebé, los futuros padres deben comenzar a reducir sus gastos para tener en cuenta los costos de alimentar y vestir a un bebé, porque una vez que el bebé está en casa, todos los gastos, incluso los que creíamos fijos, se incrementan.
La conclusión
Planificar el futuro de las finanzas de tu familia es un poco aterrador, pero necesario.
Dicho esto, tomar medidas pequeñas que incrementen nuestro capital y nos permitan abordar todas las facetas relacionadas con tener una familia puede ayudar a construir una base sólida para el futuro.
Prepararse para la universidad, asegurarse de estar listo para una emergencia y ahorrar para la jubilación son solo algunos conceptos de los que tendrás que hacerte cargo. Tenerlos presentes, construir un plan para cada momento es lo que te permitirá vivir esas etapas con tranquilidad y disfrutarlas y no padecerlas.
Una vez que realices estas tareas, tendrás la tranquilidad de que, venga lo que venga en el futuro, tu familia permanecerá financieramente estable y preparada para lo que la vida les depare.