|
En resumen, un fiduciario se define como alguien o algo a quien puedes confiarle tu dinero. Cuando un fiduciario toma una decisión financiera rápida o un plan presupuestario a largo plazo en tu nombre, lo hace en tu mejor interés, no en el suyo propio, y a veces en contra de sus propios intereses.
Se trata de buena fe, honestidad y transparencia. Un deber de cuidado. Es un estándar de conducta al que muchos profesionales en el mundo empresarial, financiero y legal tratan de adherirse.
Pero el término fiduciario puede ser pervertido por criminales y a menudo violan este manto de profunda confianza entre el fiduciario y el cliente (tu).
Ejemplos de lo que es un fiduciario
Muchos asesores financieros (aunque no todos), funcionarios de accionistas corporativos, abogados, agentes de bienes raíces y fideicomisarios son fiduciarios. Las entidades legales como los bancos también son fiduciarios, aunque algunos no actúan como ellos.
El ejemplo más común de un fiduciario es un fideicomisario de un fideicomiso, que es un documento legal que las personas y sus abogados crean para distribuir su dinero y propiedad a sus hijos, organizaciones benéficas favoritas y otros beneficiarios.
La responsabilidad principal del fideicomisario es trabajar con los beneficiarios del fideicomiso para garantizar que los términos del fideicomiso se cumplan exactamente como están escritos.
A cada fiduciario se le confía el poder y la responsabilidad de actuar en nombre de otro.
Pero tengamos en cuenta que cuando hablamos de fiduciarios, normalmente hablamos de asesores financieros. Las personas que nos ayudan a invertir, presupuestar y planificar. Llámalos entrenadores financieros leales y mentores. Lamentablemente, no todos los asesores financieros pertenecen a este grupo.
¿Por qué no todos los asesores financieros son fiduciarios?
El término asesor financiero es una carpa amplia. Los asesores vienen en todo tipo de nombres y descripciones: corredores (antes conocidos como corredores de bolsa), planificadores financieros certificados, agentes de seguros, administradores de patrimonio y asesores de inversiones registrados. Pero no todos los profesionales que poseen estos títulos siguen el mismo conjunto de reglas cuando tratan con sus clientes.
Algunos asesores solo se preocupan por ellos mismos y por ganar dinero contigo, mientras que otros se dedican sinceramente a convertirte en su prioridad.
En la actualidad, en México, los consultores financieros están vinculados a instituciones financieras privadas, ya sean bancos, aseguradoras u otro tipo de organizaciones. La razón es que en México la mayor garantía de que un fideicomiso realmente brinde las garantías de seguridad y confianza inviolable solo pueden ofrecerla las instituciones que forman parte del sistema bancario tradicional.
Si un particular se ofrece como agente fiduciario independiente, desconfía. Siempre hay profesionales serios que realmente buscan velar por el interés de sus clientes. Por ejemplo, tengo un viejo amigo de la infancia que es un gran corredor de bolsa. Uno se da cuenta rápidamente de que siempre actúa en el mejor interés de sus clientes y no necesita ninguna regla o regulación gubernamental para dictar cómo debe tratar a sus clientes. Pero no siempre es así.
En México no se requiere una licencia para realizar gestiones fiduciarias. Sin embargo conviene decir que la administración fiduciaria es toda una especialidad tanto del derecho como de las finanzas y un título académico en el área es lo mínimo que uno puede esperar antes de ponerse en manos de un profesional, incluso dentro de una institución financiera de prestigio como los bancos.
La actividad fiduciaria se rige por el estándar de calidad ISO (International Standarization Organization), se modo que las instituciones que cumplen con los requisitos de la norma y reciben el certificado ISO de calidad aplicable son una garantía para el usuario de que pone en manos su confianza y su patrimonio de profesionales que sabrán actuar conforme a derecho y buscando siempre el bien de quien abre el fideicomiso así como de sus beneficiarios.
De cualquier forma, siempre puedes recurrir, además de una institución que te ofrezca garantías de este tipo, a un abogado que esclarezca tus dudas durante el proceso y la administración de un fideicomiso.
Nadie es perfecto
Dicho todo lo anterior, la realidad es que un profesional fiduciario también es un ser humano y puede equivocarse. Sin embargo, hay un mundo de diferencia entre una falla o un descuido y la intención de aprovecharse de los demás. El Código Penal establece penas de cárcel por delitos como el fraude, donde el hecho de que se cometa dentro de un acuerdo fiduciario se puede considerar un agravante dado el grado de confianza que supone que alguien ponga su patrimonio en manos de otros y decidan por él.
Hay verdaderas historias de terror; incluso algunas de ellas que han llegado a las primeras planas de los diarios o que incluso se han convertido en películas o series. Afortunadamente son los menos y el fideicomiso sigue siendo una figura legal y financiera fiable para canalizar recursos para que tus deseos se cumplan en beneficio de un tercero.