Muy pocas personas quieren trabajar gratis. Es comprensible, de verdad. Si vas a dedicar tu tiempo y energía a algo día tras día, te gustaría al menos irte con un cheque de pago.
Afortunadamente, trabajar sin sueldo no suele sucederle a los adultos con mucha frecuencia, pero cuando eres joven, la oportunidad de trabajar gratis se presenta una y otra vez en forma de pasantías no remuneradas o prácticas profesionales.
Admito que, al principio, toda la idea me pareció ridícula (y tal vez incluso un poco insultante). ¿Por qué iba a perder mi tiempo en algo si no iba a aumentar mi billetera? ¿Qué sentido tenía?
Sin embargo, en mis años universitarios, aprendí los muchos beneficios de las prácticas no remuneradas. De hecho, acepté dos de esas oportunidades mientras estaba en la universidad, en una de las cuales me llegué a quedar durante tres semestres seguidos. Desde entonces, me he convertido en una defensora de las prácticas no remuneradas.
Obviamente, si puedes obtener una experiencia práctica que te envíe a casa con algo de dinero, sería genial. Pero si encuentras una buena oportunidad que te ofrece opciones, pero no un cheque de pago, piénsalo antes de decir que no.
Estos son algunos de los muchos beneficios de las pasantías no remuneradas:
1. Obtendrás una gran experiencia
Esta es quizás la mayor ventaja que ofrecen las pasantías, ya sean remuneradas o no. El mercado laboral es duro, cada vez es más difícil conseguir un buen trabajo sin experiencia. Incluso los puestos que se clasifican a sí mismos como “nivel de entrada” prefieren que tengas de uno a tres años de experiencia.
Esto significa que te encontrarás en ese infame algoritmo propio de la búsqueda de trabajo: necesitas experiencia para conseguir un trabajo, pero necesitas un trabajo para adquirir experiencia.
Aquí es donde entran en juego las prácticas. Son una manera infalible de sumergir los dedos de los pies, adquirir nuevas habilidades y adquirir experiencia real y relevante sin necesidad de hacer lo imposible por convencer a un empleador de que se arriesgue e invierta en ti.
Créeme, terminarás tus prácticas con un currículum muy mejorado que con el que llegaste.
2. Ampliarás tu red
Todos hemos escuchado el dicho clásico: “No siempre se trata de lo que sabes, sino de a quién conoces”. Cuando ingreses al mundo laboral, rápidamente te darás cuenta de lo sabio de esta frase.
Desafortunadamente, mientras aún estás en la escuela puede ser algo difícil hacer los contactos apropiados.
3. Metas profesionales más claras
Definitivamente es intimidante tratar de saber exactamente lo que quieres hacer el resto de tu vida, incluso antes de haber tenido la oportunidad de probar algo. A veces, puede parecer absolutamente imposible.
Esta es otra razón por la que unas prácticas pueden ser tan valiosas: puedes probar diferentes roles y responsabilidades y descubrir qué se adapta mejor a ti.
Tras esto, puedes usar esa valiosa información para concentrarte en una carrera profesional con la que estarás satisfecho durante mucho tiempo.
Además, si logras apasionarte por algo que haces, incluso cuando no te paguen por ello, te sentirás satisfecho al haber encontrado algo que realmente disfrutas.
4. Puedes obtener créditos universitario
Si no vas a ganar dinero por el tiempo que pases en tu puesto de practicante, no significa que te vayas a ir con las manos vacías. Muchas organizaciones trabajan con universidades para ofrecer créditos académicos a cambio de dichas prácticas.
Pude acumular nueve créditos universitarios en total a través de mis diferentes oportunidades de pasantía. Con lo que ahorré dinero en cursos universitarios. Además, sentí que aprendí más trabajando que sentado en una clase.
5. Podrías marcharte con un trabajo
Advertencia: esto no funciona para todos. Nunca te aconsejaría que aceptes una pasantía bajo el supuesto de que conseguirás con ello un empleo permanente.
Sin embargo, hay muchas empresas que terminan contratando a sus pasantes universitarios a tiempo completo. Y eso es exactamente lo que pasó en mi caso.
Trabajé en mi prácticas de marketing universitario durante tres semestres seguidos. Ya estaba satisfecha con la cantidad de crédito universitario que había obtenido a través de esa experiencia.
Pero no mucho después de haber cruzado el escenario de graduación para tomar el diploma en mi mano, me ofrecieron un trabajo a tiempo completo con la compañía donde había pasado el año y medio anterior como practicante.
Fue una sorpresa inesperada pero bienvenida. Por todas las razones mencionadas anteriormente, mis prácticas ya fueron una experiencia positiva. Pero cerrar el trato con un trabajo a tiempo completo fue definitivamente la cereza del pastel.
Puedo entender por qué alguien dudaría en trabajar gratis.
Pero a pesar de la falta de pago, las prácticas profesionales pueden ser una gran oportunidad para ganar experiencia, ampliar tu red de contactos y tal vez incluso (como en mi caso) conseguir tu primera oferta de trabajo a tiempo completo. Así que adelante, pruébalo y ve hasta dónde te lleva. Apuesto a que no te arrepentirás.
Prácticas pagadas frente a las de crédito universitario
- Si tienes la suerte de conseguir unas prácticas remuneradas, asegúrate de aclarar con tu asesor académico de que seguirás siendo elegible para recibir crédito. La compensación para pasantes puede ser por hora, semanal, una beca fija durante la duración de tu pasantía o cubrir únicamente el viaje.
- Investiga por tu cuenta para asegurarte de que te pagan de manera justa antes de aceptar o rechazar.
- La cantidad de créditos, si corresponde, varía según la universidad y la cantidad de horas que dedicas a lo largo del semestre. Habla con tu asesor universitario cuando planifiques tu próximo semestre para averiguar cómo tu escuela maneja las pasantías.
Requisitos para pasantías no remuneradas
La Secretaría del Trabajo y Previsión Social tiene una lista de siete factores que deben cumplirse para que una pasantía no remunerada se considere legal:
- La pasantía es esencialmente la misma formación que se impartiría en un entorno educativo.
- Le da derecho al pasante a crédito académico.
- También se alinea con el calendario académico.
- El pasante no desplaza al personal regular y trabaja bajo la supervisión de los empleados existentes.
- La duración de la misma se limita al período en que la pasantía educa al pasante.
- El pasante entiende que no hay garantía de un trabajo remunerado al final del programa.
- El empleador y el pasante comprenden y aceptan que la pasantía no es remunerada.
Información adicional de Jazmin Rosa. Este artículo apareció originalmente en Educación CentSai.